Archive for mayo, 2013

Guatemala.- Sicarios de la AEU (Asociación de Estudiantes Universitarios) atacan a Plantón Pacifico Por la Solidaridad con los Presos Politicos en la entrada de la Universidad de San Carlos de Guatemala

martes, mayo 14th, 2013

http://youtu.be/xIlpmi1iKoo

Un colectivo de menos de 10 compañeros de ambos géneros, en plantón pacifico a las puertas de la universidad, pedía la colaboración de Q3, para poder pagar la fianza desproporcionada que impuso un tribunal a varios compañeros estudiantes universitarios, que manifestaron su descontento con pintas,  tras la masacre de más de 8 campesinos en cuatro caminos Totonicapán, asesinados por ráfagas del ejército.
Sicarios de la corrupta, ilegítima e ilegal AEU, siendo un tumulto de más de 30 sicarios, con armas de fuego, bates y armas punzocortantes llegaron a amenazar, golpear y agredir a los compañeros del plantón pacifico, llegando a lo grotesco de agredir 5 sicarios con bates a un solo compañero,  como resultado hiriéndolos de gravedad.  Además los sicarios de AEU robaron un equipo de sonido (bocinas y amplificador)  que trasmitía en ese instante música revolucionaria, también robando las mantas con arte revolucionario, las mantas vinílicas con mensajes revolucionarios, y los documentos de identidad de los compañeros.
Es oportuno recordar que la AEU para tiempo de la huelga de dolores, toma los parqueos de toda la universidad y cobra el paso de los transeúntes, con ello recibiendo cientos de miles de quetzales diarios,  para engrosar su estructura criminal, además que no se fiscalizan ni se invierten para el estudiante, y que no ha convocado a elecciones democráticas hace más de 10 años.
Por lo tanto queda claro que  AEU no duda en ocupar los parqueos y cobrar a los universitarios para sus mezquinos intereses, pero para cuando se hace un acto solidario, pacífico y con fines justos, no duda en golpear y amenazar a compañeros que no están aliados a su estructura criminal.
Las autoridades universitarias en entrevista, dicen que investigaran y que ya procedieron a denunciar el caso ante el ministerio público, y así como actúan contra estos compañeros, porque no desconocen la actual y corrupta AEU que lleva mas de diez sin elecciones democráticas, y que tiene oscuros negocios dentro de la USAC. O será por que la actual AEU es un estructura de la cúpula que tiene controlada a la universidad, y la utiliza para reprimir, corromper y desarticular a los movimientos revolucionarios estudiantiles  que reivindican la lucha estudiantil y revolucionaria.
Los medios de «Comunicación», cuando lo correcto serian llamarlos medios de desinformación masiva, maliciosamente, dice que los compañeros del plantón pacifico estaban armados con armas de fuego, cuando está claro que los sicarios de AEU con armas de fuego de corto y largo alcance, llegan con total impunidad y desprecia por la solidaridad, llegan a intimidarlos y agredirlos.
La Solidaridad es la ternura de los pueblos, y ni los malditos sicarios de AEU, ni los militares genocidas , funcionarios corruptos  y demás escoria podrá detener a la comunidad san carlista que lucha por una sociedad basada en la justicia social, el bien común y la fraternidad.

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El proyecto de una firma gallega desata una cruenta represión en Guatemala

miércoles, mayo 1st, 2013

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/29/galicia/1367263275_151368.html

ONG denuncian un homicidio y violaciones de derechos humanos contra los opositores a unas obras promovidas por la familia coruñesa Castro Valdivia

barillas huehuetenango guatemala hidroelectrica

La empresa Hidralia Energía, fundada en A Coruña hace siete años, crece como la espuma en América Latina, de Nicaragua a Panamá, pasando por Ecuador, Venezuela o Guatemala. En este último país, esta firma de ingeniería impulsa un proyecto hidroeléctrico que lleva un año salpicado de sangre: un opositor a la instalación proyectada en el municipio de Barillas fue asesinado el 1 de mayo de 2012 y los violentos disturbios que estallaron tras su muerte se saldaron con la declaración del estado de sitio por parte del Ejército de Guatemala y el encarcelamiento de una decena de vecinos. “La naturaleza es básica para nuestra forma de vida y nosotros la defendemos. Dicen que somos conflictivos, pero lo que queremos es vivir en paz”, afirma Natalia Atz Sunuc, una activista de derechos humanos llegada de Guatemala que esta semana visita Galicia para denunciar la cruenta represión sufrida por las comunidades indígenas de Barillas que se oponen a los planes de la empresa coruñesa.

Este municipio guatemalteco de 130.000 habitantes está enclavado en plena selva, en la frontera con Chiapas, en uno de los parajes más golpeados por la descarnada guerra civil que dejó en este país centroamericano unos 200.000 muertos y desaparecidos. ONG y líderes de las comunidades vecinales aseguran que son ahora los planes de explotación del río Cambalam por parte de Hidralia Energía los que han resucitado la violencia. “Todo indica que se está produciendo una persecución desde las instituciones de justicia guatemaltecas dirigida contra todo aquel que suponga un obstáculo a la inversión”, concluye un reciente informe de Intermón Oxfam firmado por los investigadores independientes Arantxa Guereña y Ricardo Zepeda tras entrevistarse con vecinos y autoridades.

Estos investigadores relatan que los propietarios de las tierras en el entorno del Cambalam las vendieron sin saber que se destinarían a una explotación hidroeléctrica. A ellos les dijeron que las fincas seguirían acogiendo cultivos de café y cardamomo. Cuando empezaron las obras, se desencadenó el descontento: en 2009 un grupo de vecinos retuvo a un ingeniero y a 14 trabajadores de seguridad de Hidralia, les quitaron las armas y les obligaron a firmar un papel comprometiéndose a dejar la zona. Pero la firma coruñesa siguió adelante y los incidentes fueron a más. El pasado 1 de mayo, tres vecinos que se oponían al proyecto fueron tiroteados por dos personas que los testigos identificaron como empleados de Hidralia, que siempre lo negó. Una de las víctimas del ataque murió y estallaron unos violentos altercados que, según los líderes indígenas, fueron provocados por encapuchados.

600 policías y militares tomaron Barillas. Las ONG denuncian que el municipio se convirtió en un infierno de abusos sexuales, detenciones arbitrarias y hostigamiento a niños para que desvelaran el paradero de sus padres. Los 11 vecinos detenidos pasaron ocho meses en prisión.

Los habitantes de Barillas votaron mayoritariamente contra el proyecto en una consulta popular realizada en 2008, un modelo de referendum de origen milenario que está amparado por diversos acuerdos internacionales sobre los derechos de los pueblos indígenas. La voluntad popular no logró parar la construcción de la explotación hidroeléctrica, que permitirá extraer del río y las cataratas de Cambalam una energía que en ningún caso abastecerá a Barillas, un territorio campesino de profundas raíces mayas donde la mitad de los hogares vive sin luz. “El Gobierno de Guatemala considera que el proyecto supone progreso, pero es un modelo que a la población de Barillas no le reporta ningún beneficio”, explica Víctor Barro, de Amigos da Terra. “Luchamos por nuestra economía local y por el planeta. En Europa ya saben los daños que genera este modelo económico”, remacha la activista guatemalteca Natalia Atz Sunuc.

Varias ONG han convocado esta mediodía una concentración de protesta en la sede coruñesa de Hidralia Energía, una firma administrada por la familia Castro Valdivia. A esta estirpe de empresarios pertenece Luis Castro Valdivia, uno de los selectos y afortunados gallegos en cuyos bolsillos cayeron las jugosas concesiones eólicas e hidroeléctricas que repartió discrecionalmente el Gobierno de Fraga durante años y que ahora se ha lanzado a explotar los ríos de América Latina.

Guatemala.- San Rafael Las Flores: una historia de despojo y terror ya conocida

miércoles, mayo 1st, 2013

http://comunitariapress.blogspot.com/2013/04/san-rafael-las-flores-una-historia-de.html

mineria guatemala san rafael peligro ambiental

Por : Redacción Prensa Comunitaria

La mina San Rafael esta ubicada en el Km 96.5 carretera Mataquescuintla en el departamento de Santa Rosa, Guatemala. La mina pertenecía a la empresa canadiense Gold Corp, a partir del año 2010 trasladó el proyecto “El Escobal” a la empresa Tahoe Resources Inc. Esta empresa tiene oficinas en los Estados Unidos y su matriz en Canadá.

La población de San Rafael ha estado realizando comunidad por comunidad la Consulta Comunitaria de Buena Fe, los resultados son rotundos, no se está de acuerdo con la explotación ni la exploración minera.

8 de abril inicia en San Rafael Las Flor una resistencia pacífica frente a la entrada de la mina.

“Somos sanrafaelences y pese al frío de la primera noche, HEMOS RESISTIDO para manifestar de forma pacífica y legal nuestro descontento, por la forma ilegal de como el gobierno otorgó la licencia de explotación minera, en nuestro territorio.”

Desde hace dos meses un contingente de alrededor de 80 policías del Estado, al servicio de la empresa minera como guardias de seguridad.

27 de abril trabajadores de La mina San Rafael, propiedad del Grupo Macro – Tahoe Resources Inc. Agredió a 6 comunitarios disparándoles e hiriéndoleś Alberto Rotonda, jefe de seguridad de la mina San Rafael fue detenido hoy por dirigir el ataque.

29 de abril se concretó la firma del convenio de aporte voluntario entre los gobiernos municipales con la minera San Rafael, a pesar de la oposición de la población. Este convenio se concretó firmando y estando como testigos de “honor” Otto Pérez Molina, el ministro de energía y minas Erick Archila, Huges Rosseau, Embajador de Gobierno de Canadá y Juan Masferrer Pellizzari, Embajador de Chile.

Ese mismo día la población realizó una manifestación pacífica por el otorgamiento de la licencia minera y el ataque armado en contra de la población perpetrado por Minera San Rafael.

También fue detenido injustamente Don Felipe Rojas alcalde de Casillas, por apoyar a su pueblo que no acepta la esta empresa en el territorio del departamento de Santa Rosa.

El Ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla confirmó que fueron guardias de la empresa quienes dispararon sin embargo justificó la agresión y los disparos, criminalizando a la gente diciendo que ésta quiso entrar por la fuerza. Negó que las balas fueran con arma de fuego cuando el informe médico hospitalario decía lo contrario.

Algunas de las personas que sufrieron el atentado, valientemente acudieron al Ministerio Público acompañados del abogado Rafael Maldonado y Yuri Mellini de CALAS, para poner una denuncia sobre lo ocurrido y dijeron:

“La persona que nos disparó fue Alberto Rotondo, que es chileno, él se metió la mano y sacó el arma y disparó… yo no creo que sea una mentira es una realidad que estamos viviendo en carne propia, uno se da cuenta las formas de cómo son.

«Dicen que no se mantiene policía Nacional Civil pero si se mantiene dentro de la minera, hay que hablar la verdad, y ahora dicen que nosotros nos queríamos entrar.”

30 de abril A pesar de esta agresión de la empresa como el irrespeto a la voluntad de la población del gobierno, varias unidades de la Policía Nacional Civil llegan a reprimir a las comunidades para desalojar la manifestación pacífica que se llevan a cabo a partir de principios de mes.

Empieza la criminalización y el discurso que justifica el uso de la violencia por parte del Estado evidentemente para proteger los intereses de las empresas.

Están culpando a los líderes del parlamento Xinca de secuestro y hasta de asesinato para poder desalojar y romper con una organización comunitaria ancestral que vela por el cuidado de la vida.

El gobierno ahora está evaluando imponer un Estado de Excepción en municipios como Xalapán, intentando repetir sus maniobras conocidas para causas terror, minimizar la lucha por la vida de la población que se niega a empresas que les causarán daños e imponer a estas últimas su para beneficio económico.

Guatemala.- Atentados a Sabana Redonda, aldea de San Rafael Las Flores.

miércoles, mayo 1st, 2013

 

 

 

http://cmiguate.org/2013/04/30/atentados-a-sabana-redonda-aldea-de-san-rafael-las-flores/

mapa san rafael las flores mineria guatemala

El día de ayer 29 de abril de 2013 hubo una caminata masiva en Santa Rafael en la cual inició con unas 800 personas y poco a poco se fueron sumando hasta llegar aproximadamente 2000, manifestando pacíficamente su rechazo al señor presidente y al alcalde municipal por firmar las  regalías por parte de la empresa minera, ya que les parecía una ofensa dicha negociación a espaldas del pueblo.

La marcha terminó a las 3 de la tarde y cada quien retornó a sus lugares. Luego cada quien retorno a sus hogares y más tarde se supo que la gente de Jalapa, Mataquescuintla y otras comunidades se fueron sumando a la manifestación y a eso de las 8 de la noche la gente se empezó a aglomerar en el cruce de la carretera que va para la laguna de Ayarza, frente a un restaurante que se llama el Rancho Alegre en Sabana Redonda, aldea de San Rafael Las Flores.

Ahí se estaba haciendo el paro y la gente empezó a hacer su café para las personas que iban a pasar la noche. Como a eso de las 11 de la noche se escucharon unos disparos de escopeta que venían de una casa en donde estaban alquilando unos mexicanos que trabajan para la mina.

La gente permaneció tranquila porque no estaba haciendo nada, tratando de calmar a la gente que estaba disparando desde la casa donde salían los disparos. Al poco tiempo de empezar los disparos, llegó la policía a una cuadra abajo disparando y acorralando a la gente que se encontraba allí, mientras que los mineros y de la policía continuaban disparando y la gente como estaba totalmente desarmada, cada quien corrió para donde podía, mientras continuaban disparando.

Los disparos duraron aproximadamente una hora y en eso comenzamos a ver como salía humo del lugar, según informaciones de las comunidades afectadas los mimos mineros le prendieron fuego a los carros y a la casa que ellos alquilaban.

La policía disparaba directamente a la gente que estaba en el plantón en el lugar, luego dispararon 10 bombas lacrimógenas. La población informa que los primeros tres carros que llegaron eran carros de la mina que llevaba a agentes de la policía, los que comenzaron a disparar.

Al amanecer del día 30 de abril de 2013, regresa la misma policía a recoger los cascabillos y bombas del lugar, recogiendo toda evidencia del tiroteo que allí se dio, todo esta información es información cruzada entre testigos presenciales e información comunitaria.

Este mismo día sale comunidades desde el kilómetro 40 de Mataquescuintla al kilómetro 132 en donde las comunidades xincas realizan bloqueos de carreteras a lo largo de esta ruta.

Presentación del trabajo histórico de Agustín Guillamón en BANDERA NEGRA de Madrid (27 de abril de 2013)

miércoles, mayo 1st, 2013

http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/24500

Investigar, divulgar y profundizar en el conocimiento de la historia de las revoluciones, negando las mentiras, deformaciones y difamaciones escupidas por la Historia Sagrada burguesa, desvelando la auténtica historia de la lucha de clases , escrita desde el punto de vista del proletariado, es ya, en si mismo, un combate por la historia.

El combate de los trabajadores por conocer su propia historia es un combate, entre otros muchos más, de la guerra de clases en curso. No es puramente teórico, ni abstracto o banal, porque forma parte de la propia conciencia de clase, y se define como teorización de las experiencias históricas del proletariado internacional, y en España debe comprender, asimilar y apropiarse, inexcusablemente, las experiencias del movimiento anarcosindicalista en los años treinta.

La Historia Sagrada de la burguesía tiene por misión mitificar los nacionalismos, la democracia liberal, y la economía capitalista, para convencernos de que son eternos, inmutables e inamovibles. Un presente perpetuo, complaciente y acrítico banaliza el pasado y destruye la conciencia histórica.

El proletariado es arrojado a la lucha de clases por su propia naturaleza de clase asalariada y explotada, sin necesidad que nadie le enseñe nada; lucha porque necesita sobrevivir. Cuando el proletariado se constituye en clase revolucionaria consciente, enfrentada al partido del capital, necesita asimilar las experiencias de la lucha de clases, apoyarse en las conquistas históricas, tanto teóricas como prácticas, y superar los errores y deficiencias del pasado, en fin, resolver los problemas no resueltos en su momento: aprender las lecciones que nos da la propia historia. Pero ese aprendizaje sólo puede hacerse en la práctica de la lucha de clases de los distintos grupos de afinidad y de las diversas organizaciones del proletariado.

Facilitar el camino a ese aprendizaje es el objetivo de todos y cada uno de mis libros, en los que siempre se intenta dar la voz a los protagonistas de la historia, y respetar el criterio del lector, advirtiéndole siempre cuando se encuentra ante una opinión del autor, señalada en cursivas, que el lector no tiene por qué compartir.

Los libros publicados sobre la guerra civil son Barricadas en Barcelona y Los comités de defensa de la CNT en Barcelona (1933-1938)La revolución de los comités es el primero de una trilogía que lleva por subtítulo “Hambre y violencia en la Barcelona revolucionaria”. Barricadas explica cómo la ideología de unidad antifascista fue la coartada que permitió a los comités superiores el abandono de todos los principios ácratas con el único objetivo de ganar la guerra. El librito sobre Los comités de defensa en Barcelona saca a la luz la preparación por parte de la CNT catalana de un ejército clandestino de la revolución. La revolución de los comités explica exhaustivamente y con una documentación inédita, desconocida, o no trabajada, cómo esos comités de defensa, además de formar las Milicias del frente de Aragón, constituyeron en la ciudad de Barcelona los comités revolucionarios de barrio, que protagonizaron y defendieron una de las revoluciones sociales más profundas de la historia.

En la charla de hoy se explicará el origen de los comités de defensa de la CNT, su transformación en comités revolucionarios, su posterior hibernación en diciembre de 1936, cómo desbordaron a los comités superiores en mayo de 1937, así como su posterior desmantelamiento y su definitiva disolución. Se trata evidentemente de una historia de carácter local, focalizada en la ciudad de Barcelona, que se justifica porque fue el lugar donde mayor desarrollo tuvieron esos comités y donde más lejos llevaron la revolución libertaria.

¿Qué era un Comité de Defensa (CD)?

Los comités de defensa eran la organización militar clandestina de la CNT, financiada por los sindicatos y su acción estaba subordinada a éstos. No eran una organización de la FAI.

En octubre de 1934, el Comité Nacional de los Comités de Defensa abandonó la vieja táctica de los grupos de acción, en favor de una seria y metódica preparación revolucionaria. Elaboró una ponencia en la que se afirmaba esto:

“No hay revolución sin preparación. Hay que acabar con el prejuicio de las improvisaciones. Ese error, de la confianza en el instinto creador de las masas, nos ha costado muy caro. No se procuran, como por generación espontánea, los medios de guerra inexcusables para combatir a un Estado que tiene experiencia, fuerte armamento y mayor capacidad ofensiva y defensiva”.

El grupo de defensa básico, debía ser poco numeroso, para facilitar su clandestinidad y agilidad.  Debía estar formado por seis militantes, con funciones muy específicas:

Un secretario encargado del: contacto con otros cuadros, la creación de nuevos grupos y la elaboración de informes.

Un segundo militante encargado de la investigación de personas, para determinar la peligrosidad de los enemigos: curas, militares, pistoleros del Libre, marxistas y otros.

Un tercero para la investigación de edificios, levantar planos y elaborar estadísticas.

Un cuarto para el estudio de los puntos estratégicos y tácticos de la lucha callejera.

Un quinto militante para el estudio de los servicios públicos: luz, aguas, gas, alcantarillado.

Y un sexto para investigar dónde obtener armas, dinero y alimentos.

A esa cifra ideal de seis, podía sumarse algún miembro más para cubrir tareas “de sumo relieve”. La clandestinidad debía ser absoluta. Eran los núcleos básicos de un ejército revolucionario, capaces de movilizar a grupos secundarios más numerosos, y éstos, a su vez, a todo el pueblo.

Su ámbito de acción era una demarcación muy precisa dentro de cada barrio, señalada sobre plano. En cada barrio se constituía un Comité de Defensa de la barriada, que coordinaba todos esos cuadros de defensa, y que recibía un informe mensual de cada uno de los secretarios de grupo.

La organización de los comités de defensa a escala regional y nacional, encuadraba a aquellos sectores de trabajadores, como ferroviarios, conductores de autocar, trabajadores de teléfonos y telégrafos, carteros y en fin, todos los que por características de su profesión u organización, abarcaban un ámbito nacional, destacando la importancia de las comunicaciones en una insurrección revolucionaria. Se dedicaba un cuidado especial al trabajo de infiltración, propaganda y captación de simpatizantes en los cuarteles.

Las funciones esenciales de los comités de defensa eran dos: armas e intendencia, en el sentido amplio de la palabra.

Los CD podían considerarse como la continuidad, reorganización y extensión de los grupos de acción y autodefensa armada de los años del pistolerismo (1917-1923).

 

 ¿Cómo se pasó de los grupos de acción a los cuadros de defensa?

En enero de 1935 los grupos anarquistas Indomables, Nervio, Nosotros, Tierra Libre y Germen, en el Pleno de la Federación Local de Grupos Anarquista de Barcelona fundaron, el Comité Local de Preparación Revolucionaria.

Frente a un panorama histórico, realmente desolador; el auge del fascismo en Italia, del nazismo en Alemania, del estalinismo en la Unión Soviética, de la depresión económica con un paro masivo y permanente en Estados Unidos y Europa; la ponencia elaborada en ese Pleno, oponía la esperanza del proletariado revolucionario.

Decía la Ponencia: “En la quiebra universal de las ideas, partidos, sistemas, sólo queda en pie el proletariado revolucionario con su programa de reorganización de las bases de trabajo, de la realidad económica y social y de la solidaridad”.

La Ponencia criticaba la vieja táctica de la gimnasia revolucionaria y de la improvisación de las insurrecciones de enero y diciembre de 1933 con estas palabras: “La revolución social no puede ser interpretada como un golpe de audacia, al estilo de los golpes de estado del jacobinismo, sino que será consecuencia y resultado del desenlace de una guerra civil inevitable y de duración imposible de prever”.

Dieciocho meses antes del 19 de Julio del 36, la preparación revolucionaria para una larga guerra civil exigía nuevos desafíos, impensables en la vieja táctica de los grupos de choque. Decía la Ponencia:“Dado que no es posible disponer de antemano de los stocks de armas necesarios para una lucha sostenida, es preciso que el Comité de preparación estudie el modo de transformar en determinadas zonas estratégicas las industrias […], en industrias proveedoras de material de combate para la revolución”.

De los grupos de acción y de choque para la práctica de la gimnasia revolucionaria, anteriores a 1934, se había pasado a la formación de cuadros de información y combate, considerados como células básicas de un ejército revolucionario, capaz de derrotar al ejército y sostener una guerra civil.

 

  ¿Podían los anarquistas tomar el poder?

Durante el primer semestre de 1936 el grupo Nosotros se enfrentó al resto de grupos de la FAI, en Cataluña, en agrios debates sobre dos concepciones fundamentales, en un momento en el que se conocían con certeza los preparativos militares para un cruento golpe de Estado. Esos dos conceptos eran la “toma del poder” y el “ejército revolucionario”.  El pragmatismo del grupo Nosotros, más preocupado por las técnicas insurreccionales que por los tabúes, chocaba frontalmente con los prejuicios ideológicos de otros grupos faistas, esto es, con el rechazo a lo que denominaban “dictadura anarquista” y un profundo antimilitarismo, que lo dejaba todo a la espontaneidad creativa de los trabajadores.

Este duro ataque a las “prácticas anarco-bolcheviques” del grupo Nosotros se expresó ampliamente en la revista Más Lejos, que en su primer número, de abril de 1936, preguntaba: “¿Pueden los anarquistas, en virtud de tales o cuáles circunstancias, y VENCIENDO TODOS LOS ESCRÚPULOS, disponerse a la toma del Poder, en cualquiera de sus formas, como medio de acelerar el ritmo de su marcha hacia la realización de la Anarquía?”

Casi todos respondieron negativamente. Y en ese “todos” estaba desde Federica Montseny hasta Camilo Berneri. Pero ninguna respuesta ofrecía una alternativa práctica a esa negativa generalizada a tomar el poder. Teoría y práctica anarquistas parecían divorciadas, en vísperas del golpe de Estado militar.

En el Pleno de Grupos Anarquistas de Barcelona, reunido en junio de 1936, García Oliver expuso que la organización de los cuadros de defensa, coordinados en comités de defensa de barrio, en la ciudad de Barcelona, eran el modelo a seguir, extendiéndolos a toda España, y coordinando esa estructura a nivel regional y nacional, para constituir un ejército revolucionario del proletariado. Ese ejército debía complementarse con la creación de unidades guerrilleras de cien hombres. Muchos militantes se oponían a las concepciones de García Oliver, confiando más en la espontaneidad de los trabajadores que en la disciplinada organización revolucionaria. Las convicciones antimilitaristas de muchos grupos de afinidad, produjeron un rechazo casi unánime de las tesis del grupo Nosotros, y muy especialmente de García Oliver.  [Como anécdota podemos recordar que en el Congreso de Zaragoza, en mayo del 36, Cipriano Mera había preguntado a García Oliver de qué color quería los entorchados, y pocos meses después fue Mera quien llevó galones].

 

¿Cómo se transformaron esos Comités de Defensa en Milicias Populares y comités revolucionarios de barrio?

El 19 de julio de 1936, la guarnición militar de Barcelona contaba con unos seis mil hombres, frente a los casi dos mil de la guardia de asalto y los doscientos “mossos d´esquadra”. La guardia civil, que nadie sabía con certeza por el lado que se decantaría, contaba con unos tres mil. La CNT-FAI disponía de unos veinte mil militantes, organizados en comités de defensa de barriada, dispuestos a empuñar las armas. Se comprometía, en la comisión de enlace de la CNT con la Generalidad y los militares leales, a parar a los golpistas con sólo mil militantes armados.

Hubo una doble TRANSFORMACIÓN de esos cuadros de defensa. La de las Milicias Populares, que definieron en los primeros días el frente de Aragón, instaurando la colectivización de las tierras en los pueblos aragoneses liberados; y la de los comités revolucionarios que, en cada barrio de Barcelona, y en muchos pueblos de Cataluña, impusieron una “nueva situación revolucionaria”.

El auténtico poder de ejecución y resolución estaba en la calle, era el poder del proletariado en armas, y lo ejercían los comités locales, de defensa y de control obrero, expropiando espontáneamente fábricas, talleres, edificios y propiedades; organizando, armando y transportando al frente los grupos de milicianos voluntarios que previamente habían reclutado; quemando iglesias o convirtiéndolas en escuelas o almacenes; formando patrullas para extender la guerra social; guardando las barricadasahora  fronteras de clase, que controlaban el paso y manifestaban el poder de los comités; poniendo en marcha las fábricas, sin amos ni directivos, o reconvirtiéndolas para la producción bélica; requisando coches y camiones, o alimentos para el comité de abastos; recaudando impuestos revolucionarios y financiando pobras públicas para paliar el paro; sustituyendo a los caducos ayuntamientos republicanos, imponiendo en cada localidad su absoluta autoridad en todos los dominios, sin atender órdenes de la Generalidad, ni del Comité Central de Milicias Antifascistas (CCMA). La situación revolucionaria se caracterizaba por una atomización del poder.

En Barcelona los comités de defensa, transformados en comités revolucionarios de barrio, en ausencia de consignas de cualquier organización y sin más coordinación que las iniciativas revolucionarias que cada momento demandaba, organizaron los hospitales, desbordados por la avalancha de heridos, constituyeron comedores populares, requisaron coches, camiones, armamento, fábricas y edificios, registraron  domicilios privados, detuvieron sospechosos y crearon una red de Comités de abastos en cada barrio, que se coordinaron en un Comité Central de Abastos de la ciudad, en el que adquirió notable presencia el Sindicato de Alimentación. El contagio revolucionario afectaba a todos los sectores sociales y a todas las organizaciones, que se decantaban sinceramente a favor de la nueva situación revolucionaria. Esa era la única fuerza real del CCMA, que aparecía ante el pueblo en armas como el organismo antifascista que debía dirigir la guerra e imponer un nuevo orden revolucionario.

El 21 de julio, un Pleno de Locales y Comarcales había renunciado a la toma del poder, entendida como  dictadura de los líderes anarquistas, y no como imposición, coordinación y extensión del poder que los comités revolucionarios ya ejercían en la calle. Se decidió crear un CCMA, ORGANISMO DE COLABORACIÓN DE CLASES en el que participaban todas las organizaciones antifascistas.

El 24 habían partido las dos primeras columnas anarquistas, al mando de Durruti y Ortiz. Durruti hizo un discurso por radio en el que alertaba sobre la necesidad de estar vigilantes ante una posible intentona contrarrevolucionaria. Había que congelar la situación revolucionaria en Barcelona, para “ir a por el todo” después de tomar Zaragoza.

El Pleno Regional del día 26 confirmó, por unanimidad, que la CNT seguiría manteniendo la misma posición, aprobada ya el 21 de juliode participar en ese nuevo organismo de colaboración de clases llamado CCMA. Ese mismo pleno del día 26 creó una Comisión de Abastos, dependiente del CCMA, a la que debían someterse los distintos comités de abastos surgidos por doquier, y ordenaba al mismo tiempo un fin parcial de la huelga general. El resumen de los principales acuerdos alcanzados en este Pleno se editó en forma de Bando, para su general conocimiento y acatamiento.

El CC de Abastos era una institución fundamental, que aseguraba un requisito indispensable para unos obreros voluntarios que abandonaban sus puestos de trabajo para ir a combatir al fascismo en Aragón: asegurar en su ausencia la alimentación de unos familiares que dejarían de percibir el semanal del que vivían.

 

 ¿Qué fueron las Patrullas de Control?

Entre el 19 de julio y mediados de agosto de 1936 se crearon las patrullas de control como policía revolucionaria dependiente del CCMA.

Sólo la mitad aproximada de los patrulleros tenía carné de la CNT, o eran de la FAI; la otra mitad estaba afiliada al resto de organizaciones componentes del CCMA: POUM, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y PSUC, fundamentalmente. Sólo cuatro delegados de sección, sobre los once existentes, eran de la CNT: los de Pueblo Nuevo, Sants, San Andrés (Armonía) y Clot; otros cuatro eran de ERC, tres del PSUC y ninguno del POUM.

Las Patrullas de Control dependían del Comité de Investigación del CCMA, dirigido por Aurelio Fernández (FAI) y Salvador González (PSUC). Su sección Central estaba en el número 617 de la Gran Vía, dirigida por los dos delegados de Patrullas, esto es, José Asens (FAI) y Tomás Fábregas (Acció Catalana). La nómina de los patrulleros, de 10 pesetas diarias, era abonada por el gobierno de la Generalidad. Aunque en todas las secciones se hacían detenciones, y algunos detenidos eran interrogados en la antigua Casa Cambó, la prisión central estaba en el antiguo convento de monjas clarisas de San Elías.

 

La Hibernación de los comités de defensa en diciembre de 1936 y su reorganización en marzo de 1937

De finales de noviembre a primeros de diciembre de 1936, la Federación Local de Sindicatos únicos de Barcelona debatió el papel que debían asumir los comités de defensa en Barcelona.

La Federación Local impuso una visión estrictamente sindical, que no veía con buenos ojos la importancia adquirida, en los barrios, por los comités de defensa y los comités de abastos. Consideraban que sus funciones, superada la insurrección revolucionaria y su posterior etapa, de carácter excepcional, eran provisionales y, en todo caso, debían ser asumidas, ya, por los sindicatos.

En noviembre/diciembre de 1936, los comités de defensa eran un estorbo para la política gubernamentalista de los comités superiores cenetistas; y se imponía, por lo tanto, su hibernación y sumisión a los sindicatos, como meros anexos armados, un tanto molestos e inútiles. Si ya estaban las Patrullas de Control, con preponderancia cenetista, ¿para qué seguir sosteniendo financieramente los CD?

El problema fundamental, era la desobediencia generalizada a las consignas de desarme, de modo que el CR constató, según sus propias palabras, que “las barriadas las tenemos como nuestros peores enemigos”. Los comités de defensa entraron en un período de hibernación.

En el frágil equilibrio político y armado, existente en la primavera de 1937 en la retaguardia barcelonesa, el incremento y amenaza de las fuerzas represivas burguesas tendía claramente al monopolio de la violencia. El decreto de la Generalidad del 4 de marzo de 1937 ordenaba la pronta disolución de las Patrullas de Control, al tiempo que creaba un Cuerpo único de Seguridad (formado por la Guardia civil y la Guardia de Asalto). Ante esto, los sindicatos decidieron  reorganizar los comités de defensa, en los barrios, para preparar un enfrentamiento que les parecía, ya, inevitable.

 

La «guerra del pan» de Comorera contra los comités de barrio.

El 20 de diciembre de 1936, Joan Comorera (PSUC), consejero de Abastos, pronunció un importante discurso, en catalán, en la sala del Gran Price de Barcelona

Comorera argumentó la necesidad de un gobierno fuerte, de plenos poderes, capaz de hacer cumplir unos decretos que no se quedasen siempre en papel mojado, como había sucedido con el primer gobierno Tarradellas, en el que participó Nin por el POUM. Un gobierno fuerte, capaz de llevar a cabo una política militar eficiente, que agrupara todas las fuerzas existentes en el frente.

Comorera atribuía, la carencia y el encarecimiento de alimentos a la existencia de los comités de defensa, no al acaparamiento y especulación de los mayoristas y tenderos. Era el discurso que justificaba y explicaba el eslogan de las pancartas y octavillas de las manifestaciones de mujeres de fines del año 1936 y comienzos de 1937: “más pan y menos comités”, promovidas y manipuladas por el PSUC. Era evidente el enfrentamiento entre dos políticas de Abastos opuestas, la del PSUC y la del Sindicato de Alimentación de la CNT. El Sindicato de Alimentación, a través de los trece almacenes de abastos de las barriadas, custodiados por los comités revolucionarios de barrio, suministraba gratuitamente alimentos a los comedores populares, donde podían acudir los parados y sus familiares, y sostenían además centros de atención a los refugiados que, en abril de 1937, en Barcelona, ascendían ya a 220.000 personas. Era una red de abastos que rivalizaba con los detallistas, que sólo obedecían a la ley de la oferta y la demanda, y que intentaba, sobre todo, evitar el encarecimiento de los productos, ya que el alza de precios los hacía inasequibles a los trabajadores, y, por supuesto, a parados y refugiados. El mercado negro era el gran negocio de los detallistas, que realizaban excelentes ganancias gracias al hambre (literalmente) de la mayoría. La guerra del pan de Comorera contra los comités de abastos de las barriadas, no tenía otro objetivo que el de arrebatar a los comités de defensa cualquier parcela de poder, aunque esa guerra implicase el desabastecimiento de Barcelona y la penuria alimenticia.

Comorera finalizó su discurso con un llamamiento a la responsabilidad de todas las organizaciones, en aras a conseguir una férrea unidad antifascista. Para comprender el discurso de Comorera es necesario tener en cuenta la estrategia, propugnada por Gerö, de efectuar una política SELECTIVAfrente al movimiento anarquista, que consistía en integrar a los dirigentes en el aparato de Estado, al mismo tiempo que se practicaba una bestial represión de los sectores revolucionarios, calificados infamantemente como incontrolados, gángsteres, asesinos, agentes provocadores e irresponsables;que Comorera identificaba muy claramente en los comités de defensa.

Los almacenes de abastos de los comités de barrio controlaban qué, cómo, cuánto y a qué precio de venta al público se aprovisionaba a los detallistas, una vez satisfechas las necesidades “revolucionarias” del barrio, esto es, de enfermos, niños, parados, comedores populares, etcétera. Comorera propugnaba la desaparición de esos comités revolucionarios de barrio y el libre mercado. Sabía, además, que una cosa implicaba la otra, y que, sin la supresión de los comités de defensa, el libre mercado sería una quimera.

Un abastecimiento racional, previsor y suficiente de Barcelona, y Cataluña, hubiera supuesto ceder a las pretensiones del Consejero de Economía cenetista, Fábregas, que de octubre a diciembre de 1936 batalló inútilmente, en las reuniones del Consejo de la Generalidad, por conseguir el monopolio del comercio exterior, ante la oposición del resto de fuerzas políticas. Mientras tanto, en el mercado de cereales de París, diez o doce mayoristas privados competían entre sí, encareciendo las compras. Pero ese monopolio del comercio exterior, que ni siquiera era una medida de carácter revolucionario, sino sólo apropiada a una situación bélica de emergencia, atentaba contra la filosofía del libre mercado, propugnada por Comorera.

Había un hilo que relacionaba las colas del pan en Barcelona con la irracional competencia de los mayoristas en el mercado de cereales de París. Hilo que se hubiera roto con el monopolio del comercio exterior. Con la política de libre mercado de Comorera se consolidó. Pero además el PSUC alentó la especulación de los tenderos, que implantaron una auténtica dictadura sobre el precio de todos los alimentos, enriqueciéndose con el hambre de los trabajadores.

 

 ¿Cómo y por qué esos Comités de Defensa se radicalizaron en abril del 37?

El domingo, 11 de abril, en el mitin de la plaza de toros La Monumental, se vieron pancartas que exigían la libertad de Maroto y de los numerosos presos antifascistas, en su mayoría cenetistas. Federica Montseny fue abucheada y silbada. Los gritos favorables a la libertad de los presos arreciaron, una y otra vez. Los comités superiores culpabilizaron del “sabotaje” a la Agrupación de Los Amigos de Durruti. Federica, muy molesta, amenazó con no volver a dar un mitin en Barcelona.

El lunes, 12 de abril de 1937, se desarrolló, en la Casa CNT-FAI, una sesión del pleno local de Grupos Anarquistas de Barcelona, con asistencia de los grupos de Defensa confederal y de las Juventudes libertarias que acordó retirar a todos los cenetistas de cualquier cargo en los estamentos antifascistas gubernativos, ir a la formación de un Comité revolucionario para la coordinación de la lucha armada y socializar inmediatamente la industria, el comercio y la agricultura.

Esta reunión se le había escapado de las manos a la burocracia. En ese Pleno habían intervenido los Comités de Defensa de Barcelona, o lo que es lo mismo, la delegación de los comités revolucionarios de barriada, y también las Juventudes Libertarias, radicalizando, sin duda, los acuerdos tomados.

Y esa FAI de Barcelona, junto a las secciones de defensa de los comités revolucionarios de barrio y las Juventudes Libertarias, pese al escándalo y la histérica oposición de algunos burócratas presentes, como Toryho, había decidido terminar con el colaboracionismo, retirar a los consejeros (ministros) anarquistas del gobierno de la Generalidad y constituir un Comité revolucionario que dirigiese la guerra contra el fascismo. Era un paso decisivo hacia la insurrección revolucionaria, que estalló el 3 de mayo.

Esta radicalización era fruto de una situación cada vez más insostenible en la calle. El 14 de abril, una manifestación de mujeres, que esta vez no estaban manipuladas por el PSUC, partió de La Torrassa para recorrer los distintos mercados de Collblanc, Sants y Hostafrancs, protestando por el precio del pan y de los productos alimenticios. Las manifestaciones y protestas se extendieron a casi todos los mercados de la ciudad. En días posteriores se reprodujeron, con menor virulencia, tumultos y manifestaciones en diverso mercados. Algunas tiendas y panaderías fueron asaltadas. El hambre de los barrios obreros de Barcelona había salido a la calle para manifestar su indignación y exigir soluciones.

 

 ¿Qué papel jugaron los Comités de Defensa en mayo de 1937?

El lunes, 3 de mayo de 1937, hacia las tres menos cuarto de la tarde, tres camiones de guardias de asalto, fuertemente armados, se detuvieron ante la sede de la Telefónica en la plaza de Cataluña. Estaban dirigidos por Eusebio Rodríguez Salas, militante de la UGT y estalinista convencido, responsable oficial de la comisaría de orden público. El edificio de Telefónica había sido incautado por la CNT desde el 19 de julio. La supervisión de las comunicaciones telefónicas, la vigilancia de las fronteras y las patrullas de control eran el caballo de batalla, que desde enero había provocado diversos incidentes entre el gobierno republicano de la Generalidad y la CNT.

Rodríguez Salas pretendió tomar posesión del edificio de la Telefónica. Los militantes cenetistas de los pisos inferiores, tomados por sorpresa, se dejaron desarmar; pero en los pisos superiores se organizó una dura resistencia, gracias a una ametralladora instalada estratégicamente. La noticia se propagó rápidamente. EN MENOS DE DOS HORAS se levantaron barricadas en toda la ciudad. No debe hablarse de una reacción espontánea de la clase obrera barcelonesa, porque la huelga general, los enfrentamientos armados con las fuerzas de policía y las barricadas fueron fruto de la iniciativa tomada por los comités de defensa, rápidamente secundada gracias a la existencia de un enorme descontento generalizado, las crecientes dificultades económicas en la vida cotidiana causadas por la carestía de vida, las colas y el racionamiento, así como a la tensión existente en la base militante confederal entre colaboracionistas y revolucionarios. La lucha callejera fue impulsada y realizada desde los comités de defensa de los barrios, SIN QUE MEDIARA ORDEN ALGUNA DE LOS COMITÉS SUPERIORES, que habían sido desbordados.

 

Andrés Nin, secretario político del POUM, en un artículo escrito el 19 de mayo de 1937, lo describió así: “Las jornadas de mayo en Barcelona han hecho revivir ciertos organismos que, durante estos últimos meses, habían jugado un cierto papel en la capital catalana y en algunas localidades importantes: los Comités de Defensa. Se trata de organismos principalmente de tipo técnico-militar, formados por los sindicatos de la CNT. Son éstos, en realidad, quienes han dirigido la lucha, y quienes constituían, en cada barrio, el centro de atracción y organización de los obreros revolucionarios”.

 

Los Amigos de Durruti no iniciaron la insurrección, pero fueron los combatientes más activos en las barricadas, repartieron una octavilla que exigía la sustitución del Gobierno de la Generalidad por una Junta Revolucionaria.

Los trabajadores confederales, desorientados por el llamamiento de sus dirigentes ¡los mismos del 19 de julio! optaron, al fin, por abandonar la lucha, aunque al principio se habían burlado de los llamamientos de la dirección de la CNT a la concordia y al abandono de la lucha, en aras de la unidad antifascista.

 

 ¿Cómo se disolvieron los Comités de Defensa?

Los comités revolucionarios de barrio, en Barcelona, surgieron el 19-20 de julio y duraron, como mínimo hasta el 7 de junio, cuando las restauradas fuerzas de orden público de la Generalidad disolvieron y ocuparon los distintos centros de las Patrullas de Control, y de paso algunas sedes de los comités de defensa, como la del barrio de Les Corts. Pese al decreto que exigía la desaparición de todos los grupos armados, la mayoría resistió hasta septiembre de 1937, cuando fueron sistemáticamente disueltos y asaltados, uno a uno, los edificios que ocupaban. La última en ser ocupada, y la más importante y fuerte, fue la sede del comité de defensa del Centro, sita en Los Escolapios de San Antonio, que fue tomada al asalto el 20 de septiembre de 1937 por fuerzas de orden público, que utilizaron todo un arsenal de ametralladoras, tanques y bombas de mano. Sin embargo, la resistencia de Los Escolapios no cedió al fuego de las armas, sino a las órdenes de desalojo, dadas por el Comité Regional, asesorado por la Comisión Asesora Política (CAP), dirigida por García Oliver.

A partir de entonces los CD se ocultaron bajo el nombre de Secciones de coordinación e información de la CNT, dedicados exclusivamente a tareas clandestinas de investigación e informativas, como antes del 19 de Julio; pero ahora (1938) en una situación netamente contrarrevolucionaria.

Sin embargo, aún fueron lo bastante fuertes y combativos como para publicar un órgano clandestino, titulado Alerta…! del que editaron siete números entre octubre y diciembre de 1937. El número 1 salió el 23 de octubre de 1937. Las constantes de este periódico fueron la solidaridad con los “presos revolucionarios”, exigiendo su liberación y denunciando la gestión y los abusos en la Cárcel Modelo; la crítica del colaboracionismo y de la politización de la FAI; la denuncia de la desastrosa política de guerra del gobierno Negrín-Prieto y del predominio estalinista en el ejército y el Estado. Lanzó saludos de confraternización con las Juventudes Libertarias y la Agrupación de Los Amigos de Durruti. Una característica indeleble de la publicación fueron sus constantes llamadas a “hacer la revolución” y al abandono de todos los cargos por parte de los comités superiores: “Que la Revolución no puede hacerse DESDE EL ESTADO, sino CONTRA EL ESTADO”. El último núm. del 4-12-1937, denunció las checas estalinistas y la brutal persecución de los cenetistas en la Cerdaña.

En 1938, los CD, al igual que todos los revolucionarios estaban ya bajo tierra, en la cárcel o en la clandestinidad más absoluta. No fue la dictadura de Franco, sino la República de Negrín quien acabó con la Revolución.

 

CONCLUSIONES

1.- En julio de 1936, la cuestión esencial no era la toma del poder (por una minoría de dirigentes anarquistas), sino la de coordinar, impulsar y profundizar la destrucción del Estado por los comités.

Los comités revolucionarios de barriada (y algunos de los comités locales) no hacían o dejaban de hacer la revolución: eran la revolución social.

La destrucción del Estado por los comités revolucionarios era una tarea muy concreta y real, en la que esos comités asumían todas las tareas que el Estado desempeñaba antes de julio de 1936.  Y ESA ES LA GRAN LECCIÓN DE LA REVOLUCIÓN DEL 36: LA NECESIDAD DE DESTRUIR EL ESTADO-

2.- Durante la guerra civil, el proyecto político del anarquismo de Estado, constituido como un partido antifascista más, utilizando métodos de colaboración de clases y de participación gubernamental, organizado burocráticamente con el objetivo principal de ganar la guerra al fascismo, fracasó estrepitosamente en todos los terrenos; pero el movimiento social del anarquismo revolucionario, organizado en comités revolucionarios de barrio, locales, de control obrero, de defensa, etcétera, constituyó los embriones de un poder obrero que alcanzó cotas de gestión económica, de iniciativas populares revolucionarias y de autonomía proletaria, que aún hoy iluminan y anuncian un futuro radicalmente diferente a la barbarie capitalista, el horror fascista o la esclavitud estalinista.

Y aunque ese anarquismo revolucionario sucumbió finalmente a la represión coordinada y cómplice del Estado, de la burguesía, de los estalinistas y de los comités superiores, nos legó el ejemplo, la reflexión y el combate de algunas minorías, como Los Amigos de Durruti, las JJLL de Cataluña y determinados grupos anarquistas de la Federación Local de Barcelona, que nos permiten teorizar hoy sus experiencias, aprender de sus errores y reivindicar su lucha y su historia.