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Presentación del trabajo histórico de Agustín Guillamón en BANDERA NEGRA de Madrid (27 de abril de 2013)

miércoles, mayo 1st, 2013

http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/24500

Investigar, divulgar y profundizar en el conocimiento de la historia de las revoluciones, negando las mentiras, deformaciones y difamaciones escupidas por la Historia Sagrada burguesa, desvelando la auténtica historia de la lucha de clases , escrita desde el punto de vista del proletariado, es ya, en si mismo, un combate por la historia.

El combate de los trabajadores por conocer su propia historia es un combate, entre otros muchos más, de la guerra de clases en curso. No es puramente teórico, ni abstracto o banal, porque forma parte de la propia conciencia de clase, y se define como teorización de las experiencias históricas del proletariado internacional, y en España debe comprender, asimilar y apropiarse, inexcusablemente, las experiencias del movimiento anarcosindicalista en los años treinta.

La Historia Sagrada de la burguesía tiene por misión mitificar los nacionalismos, la democracia liberal, y la economía capitalista, para convencernos de que son eternos, inmutables e inamovibles. Un presente perpetuo, complaciente y acrítico banaliza el pasado y destruye la conciencia histórica.

El proletariado es arrojado a la lucha de clases por su propia naturaleza de clase asalariada y explotada, sin necesidad que nadie le enseñe nada; lucha porque necesita sobrevivir. Cuando el proletariado se constituye en clase revolucionaria consciente, enfrentada al partido del capital, necesita asimilar las experiencias de la lucha de clases, apoyarse en las conquistas históricas, tanto teóricas como prácticas, y superar los errores y deficiencias del pasado, en fin, resolver los problemas no resueltos en su momento: aprender las lecciones que nos da la propia historia. Pero ese aprendizaje sólo puede hacerse en la práctica de la lucha de clases de los distintos grupos de afinidad y de las diversas organizaciones del proletariado.

Facilitar el camino a ese aprendizaje es el objetivo de todos y cada uno de mis libros, en los que siempre se intenta dar la voz a los protagonistas de la historia, y respetar el criterio del lector, advirtiéndole siempre cuando se encuentra ante una opinión del autor, señalada en cursivas, que el lector no tiene por qué compartir.

Los libros publicados sobre la guerra civil son Barricadas en Barcelona y Los comités de defensa de la CNT en Barcelona (1933-1938)La revolución de los comités es el primero de una trilogía que lleva por subtítulo “Hambre y violencia en la Barcelona revolucionaria”. Barricadas explica cómo la ideología de unidad antifascista fue la coartada que permitió a los comités superiores el abandono de todos los principios ácratas con el único objetivo de ganar la guerra. El librito sobre Los comités de defensa en Barcelona saca a la luz la preparación por parte de la CNT catalana de un ejército clandestino de la revolución. La revolución de los comités explica exhaustivamente y con una documentación inédita, desconocida, o no trabajada, cómo esos comités de defensa, además de formar las Milicias del frente de Aragón, constituyeron en la ciudad de Barcelona los comités revolucionarios de barrio, que protagonizaron y defendieron una de las revoluciones sociales más profundas de la historia.

En la charla de hoy se explicará el origen de los comités de defensa de la CNT, su transformación en comités revolucionarios, su posterior hibernación en diciembre de 1936, cómo desbordaron a los comités superiores en mayo de 1937, así como su posterior desmantelamiento y su definitiva disolución. Se trata evidentemente de una historia de carácter local, focalizada en la ciudad de Barcelona, que se justifica porque fue el lugar donde mayor desarrollo tuvieron esos comités y donde más lejos llevaron la revolución libertaria.

¿Qué era un Comité de Defensa (CD)?

Los comités de defensa eran la organización militar clandestina de la CNT, financiada por los sindicatos y su acción estaba subordinada a éstos. No eran una organización de la FAI.

En octubre de 1934, el Comité Nacional de los Comités de Defensa abandonó la vieja táctica de los grupos de acción, en favor de una seria y metódica preparación revolucionaria. Elaboró una ponencia en la que se afirmaba esto:

“No hay revolución sin preparación. Hay que acabar con el prejuicio de las improvisaciones. Ese error, de la confianza en el instinto creador de las masas, nos ha costado muy caro. No se procuran, como por generación espontánea, los medios de guerra inexcusables para combatir a un Estado que tiene experiencia, fuerte armamento y mayor capacidad ofensiva y defensiva”.

El grupo de defensa básico, debía ser poco numeroso, para facilitar su clandestinidad y agilidad.  Debía estar formado por seis militantes, con funciones muy específicas:

Un secretario encargado del: contacto con otros cuadros, la creación de nuevos grupos y la elaboración de informes.

Un segundo militante encargado de la investigación de personas, para determinar la peligrosidad de los enemigos: curas, militares, pistoleros del Libre, marxistas y otros.

Un tercero para la investigación de edificios, levantar planos y elaborar estadísticas.

Un cuarto para el estudio de los puntos estratégicos y tácticos de la lucha callejera.

Un quinto militante para el estudio de los servicios públicos: luz, aguas, gas, alcantarillado.

Y un sexto para investigar dónde obtener armas, dinero y alimentos.

A esa cifra ideal de seis, podía sumarse algún miembro más para cubrir tareas “de sumo relieve”. La clandestinidad debía ser absoluta. Eran los núcleos básicos de un ejército revolucionario, capaces de movilizar a grupos secundarios más numerosos, y éstos, a su vez, a todo el pueblo.

Su ámbito de acción era una demarcación muy precisa dentro de cada barrio, señalada sobre plano. En cada barrio se constituía un Comité de Defensa de la barriada, que coordinaba todos esos cuadros de defensa, y que recibía un informe mensual de cada uno de los secretarios de grupo.

La organización de los comités de defensa a escala regional y nacional, encuadraba a aquellos sectores de trabajadores, como ferroviarios, conductores de autocar, trabajadores de teléfonos y telégrafos, carteros y en fin, todos los que por características de su profesión u organización, abarcaban un ámbito nacional, destacando la importancia de las comunicaciones en una insurrección revolucionaria. Se dedicaba un cuidado especial al trabajo de infiltración, propaganda y captación de simpatizantes en los cuarteles.

Las funciones esenciales de los comités de defensa eran dos: armas e intendencia, en el sentido amplio de la palabra.

Los CD podían considerarse como la continuidad, reorganización y extensión de los grupos de acción y autodefensa armada de los años del pistolerismo (1917-1923).

 

 ¿Cómo se pasó de los grupos de acción a los cuadros de defensa?

En enero de 1935 los grupos anarquistas Indomables, Nervio, Nosotros, Tierra Libre y Germen, en el Pleno de la Federación Local de Grupos Anarquista de Barcelona fundaron, el Comité Local de Preparación Revolucionaria.

Frente a un panorama histórico, realmente desolador; el auge del fascismo en Italia, del nazismo en Alemania, del estalinismo en la Unión Soviética, de la depresión económica con un paro masivo y permanente en Estados Unidos y Europa; la ponencia elaborada en ese Pleno, oponía la esperanza del proletariado revolucionario.

Decía la Ponencia: “En la quiebra universal de las ideas, partidos, sistemas, sólo queda en pie el proletariado revolucionario con su programa de reorganización de las bases de trabajo, de la realidad económica y social y de la solidaridad”.

La Ponencia criticaba la vieja táctica de la gimnasia revolucionaria y de la improvisación de las insurrecciones de enero y diciembre de 1933 con estas palabras: “La revolución social no puede ser interpretada como un golpe de audacia, al estilo de los golpes de estado del jacobinismo, sino que será consecuencia y resultado del desenlace de una guerra civil inevitable y de duración imposible de prever”.

Dieciocho meses antes del 19 de Julio del 36, la preparación revolucionaria para una larga guerra civil exigía nuevos desafíos, impensables en la vieja táctica de los grupos de choque. Decía la Ponencia:“Dado que no es posible disponer de antemano de los stocks de armas necesarios para una lucha sostenida, es preciso que el Comité de preparación estudie el modo de transformar en determinadas zonas estratégicas las industrias […], en industrias proveedoras de material de combate para la revolución”.

De los grupos de acción y de choque para la práctica de la gimnasia revolucionaria, anteriores a 1934, se había pasado a la formación de cuadros de información y combate, considerados como células básicas de un ejército revolucionario, capaz de derrotar al ejército y sostener una guerra civil.

 

  ¿Podían los anarquistas tomar el poder?

Durante el primer semestre de 1936 el grupo Nosotros se enfrentó al resto de grupos de la FAI, en Cataluña, en agrios debates sobre dos concepciones fundamentales, en un momento en el que se conocían con certeza los preparativos militares para un cruento golpe de Estado. Esos dos conceptos eran la “toma del poder” y el “ejército revolucionario”.  El pragmatismo del grupo Nosotros, más preocupado por las técnicas insurreccionales que por los tabúes, chocaba frontalmente con los prejuicios ideológicos de otros grupos faistas, esto es, con el rechazo a lo que denominaban “dictadura anarquista” y un profundo antimilitarismo, que lo dejaba todo a la espontaneidad creativa de los trabajadores.

Este duro ataque a las “prácticas anarco-bolcheviques” del grupo Nosotros se expresó ampliamente en la revista Más Lejos, que en su primer número, de abril de 1936, preguntaba: “¿Pueden los anarquistas, en virtud de tales o cuáles circunstancias, y VENCIENDO TODOS LOS ESCRÚPULOS, disponerse a la toma del Poder, en cualquiera de sus formas, como medio de acelerar el ritmo de su marcha hacia la realización de la Anarquía?”

Casi todos respondieron negativamente. Y en ese “todos” estaba desde Federica Montseny hasta Camilo Berneri. Pero ninguna respuesta ofrecía una alternativa práctica a esa negativa generalizada a tomar el poder. Teoría y práctica anarquistas parecían divorciadas, en vísperas del golpe de Estado militar.

En el Pleno de Grupos Anarquistas de Barcelona, reunido en junio de 1936, García Oliver expuso que la organización de los cuadros de defensa, coordinados en comités de defensa de barrio, en la ciudad de Barcelona, eran el modelo a seguir, extendiéndolos a toda España, y coordinando esa estructura a nivel regional y nacional, para constituir un ejército revolucionario del proletariado. Ese ejército debía complementarse con la creación de unidades guerrilleras de cien hombres. Muchos militantes se oponían a las concepciones de García Oliver, confiando más en la espontaneidad de los trabajadores que en la disciplinada organización revolucionaria. Las convicciones antimilitaristas de muchos grupos de afinidad, produjeron un rechazo casi unánime de las tesis del grupo Nosotros, y muy especialmente de García Oliver.  [Como anécdota podemos recordar que en el Congreso de Zaragoza, en mayo del 36, Cipriano Mera había preguntado a García Oliver de qué color quería los entorchados, y pocos meses después fue Mera quien llevó galones].

 

¿Cómo se transformaron esos Comités de Defensa en Milicias Populares y comités revolucionarios de barrio?

El 19 de julio de 1936, la guarnición militar de Barcelona contaba con unos seis mil hombres, frente a los casi dos mil de la guardia de asalto y los doscientos “mossos d´esquadra”. La guardia civil, que nadie sabía con certeza por el lado que se decantaría, contaba con unos tres mil. La CNT-FAI disponía de unos veinte mil militantes, organizados en comités de defensa de barriada, dispuestos a empuñar las armas. Se comprometía, en la comisión de enlace de la CNT con la Generalidad y los militares leales, a parar a los golpistas con sólo mil militantes armados.

Hubo una doble TRANSFORMACIÓN de esos cuadros de defensa. La de las Milicias Populares, que definieron en los primeros días el frente de Aragón, instaurando la colectivización de las tierras en los pueblos aragoneses liberados; y la de los comités revolucionarios que, en cada barrio de Barcelona, y en muchos pueblos de Cataluña, impusieron una “nueva situación revolucionaria”.

El auténtico poder de ejecución y resolución estaba en la calle, era el poder del proletariado en armas, y lo ejercían los comités locales, de defensa y de control obrero, expropiando espontáneamente fábricas, talleres, edificios y propiedades; organizando, armando y transportando al frente los grupos de milicianos voluntarios que previamente habían reclutado; quemando iglesias o convirtiéndolas en escuelas o almacenes; formando patrullas para extender la guerra social; guardando las barricadasahora  fronteras de clase, que controlaban el paso y manifestaban el poder de los comités; poniendo en marcha las fábricas, sin amos ni directivos, o reconvirtiéndolas para la producción bélica; requisando coches y camiones, o alimentos para el comité de abastos; recaudando impuestos revolucionarios y financiando pobras públicas para paliar el paro; sustituyendo a los caducos ayuntamientos republicanos, imponiendo en cada localidad su absoluta autoridad en todos los dominios, sin atender órdenes de la Generalidad, ni del Comité Central de Milicias Antifascistas (CCMA). La situación revolucionaria se caracterizaba por una atomización del poder.

En Barcelona los comités de defensa, transformados en comités revolucionarios de barrio, en ausencia de consignas de cualquier organización y sin más coordinación que las iniciativas revolucionarias que cada momento demandaba, organizaron los hospitales, desbordados por la avalancha de heridos, constituyeron comedores populares, requisaron coches, camiones, armamento, fábricas y edificios, registraron  domicilios privados, detuvieron sospechosos y crearon una red de Comités de abastos en cada barrio, que se coordinaron en un Comité Central de Abastos de la ciudad, en el que adquirió notable presencia el Sindicato de Alimentación. El contagio revolucionario afectaba a todos los sectores sociales y a todas las organizaciones, que se decantaban sinceramente a favor de la nueva situación revolucionaria. Esa era la única fuerza real del CCMA, que aparecía ante el pueblo en armas como el organismo antifascista que debía dirigir la guerra e imponer un nuevo orden revolucionario.

El 21 de julio, un Pleno de Locales y Comarcales había renunciado a la toma del poder, entendida como  dictadura de los líderes anarquistas, y no como imposición, coordinación y extensión del poder que los comités revolucionarios ya ejercían en la calle. Se decidió crear un CCMA, ORGANISMO DE COLABORACIÓN DE CLASES en el que participaban todas las organizaciones antifascistas.

El 24 habían partido las dos primeras columnas anarquistas, al mando de Durruti y Ortiz. Durruti hizo un discurso por radio en el que alertaba sobre la necesidad de estar vigilantes ante una posible intentona contrarrevolucionaria. Había que congelar la situación revolucionaria en Barcelona, para “ir a por el todo” después de tomar Zaragoza.

El Pleno Regional del día 26 confirmó, por unanimidad, que la CNT seguiría manteniendo la misma posición, aprobada ya el 21 de juliode participar en ese nuevo organismo de colaboración de clases llamado CCMA. Ese mismo pleno del día 26 creó una Comisión de Abastos, dependiente del CCMA, a la que debían someterse los distintos comités de abastos surgidos por doquier, y ordenaba al mismo tiempo un fin parcial de la huelga general. El resumen de los principales acuerdos alcanzados en este Pleno se editó en forma de Bando, para su general conocimiento y acatamiento.

El CC de Abastos era una institución fundamental, que aseguraba un requisito indispensable para unos obreros voluntarios que abandonaban sus puestos de trabajo para ir a combatir al fascismo en Aragón: asegurar en su ausencia la alimentación de unos familiares que dejarían de percibir el semanal del que vivían.

 

 ¿Qué fueron las Patrullas de Control?

Entre el 19 de julio y mediados de agosto de 1936 se crearon las patrullas de control como policía revolucionaria dependiente del CCMA.

Sólo la mitad aproximada de los patrulleros tenía carné de la CNT, o eran de la FAI; la otra mitad estaba afiliada al resto de organizaciones componentes del CCMA: POUM, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y PSUC, fundamentalmente. Sólo cuatro delegados de sección, sobre los once existentes, eran de la CNT: los de Pueblo Nuevo, Sants, San Andrés (Armonía) y Clot; otros cuatro eran de ERC, tres del PSUC y ninguno del POUM.

Las Patrullas de Control dependían del Comité de Investigación del CCMA, dirigido por Aurelio Fernández (FAI) y Salvador González (PSUC). Su sección Central estaba en el número 617 de la Gran Vía, dirigida por los dos delegados de Patrullas, esto es, José Asens (FAI) y Tomás Fábregas (Acció Catalana). La nómina de los patrulleros, de 10 pesetas diarias, era abonada por el gobierno de la Generalidad. Aunque en todas las secciones se hacían detenciones, y algunos detenidos eran interrogados en la antigua Casa Cambó, la prisión central estaba en el antiguo convento de monjas clarisas de San Elías.

 

La Hibernación de los comités de defensa en diciembre de 1936 y su reorganización en marzo de 1937

De finales de noviembre a primeros de diciembre de 1936, la Federación Local de Sindicatos únicos de Barcelona debatió el papel que debían asumir los comités de defensa en Barcelona.

La Federación Local impuso una visión estrictamente sindical, que no veía con buenos ojos la importancia adquirida, en los barrios, por los comités de defensa y los comités de abastos. Consideraban que sus funciones, superada la insurrección revolucionaria y su posterior etapa, de carácter excepcional, eran provisionales y, en todo caso, debían ser asumidas, ya, por los sindicatos.

En noviembre/diciembre de 1936, los comités de defensa eran un estorbo para la política gubernamentalista de los comités superiores cenetistas; y se imponía, por lo tanto, su hibernación y sumisión a los sindicatos, como meros anexos armados, un tanto molestos e inútiles. Si ya estaban las Patrullas de Control, con preponderancia cenetista, ¿para qué seguir sosteniendo financieramente los CD?

El problema fundamental, era la desobediencia generalizada a las consignas de desarme, de modo que el CR constató, según sus propias palabras, que “las barriadas las tenemos como nuestros peores enemigos”. Los comités de defensa entraron en un período de hibernación.

En el frágil equilibrio político y armado, existente en la primavera de 1937 en la retaguardia barcelonesa, el incremento y amenaza de las fuerzas represivas burguesas tendía claramente al monopolio de la violencia. El decreto de la Generalidad del 4 de marzo de 1937 ordenaba la pronta disolución de las Patrullas de Control, al tiempo que creaba un Cuerpo único de Seguridad (formado por la Guardia civil y la Guardia de Asalto). Ante esto, los sindicatos decidieron  reorganizar los comités de defensa, en los barrios, para preparar un enfrentamiento que les parecía, ya, inevitable.

 

La «guerra del pan» de Comorera contra los comités de barrio.

El 20 de diciembre de 1936, Joan Comorera (PSUC), consejero de Abastos, pronunció un importante discurso, en catalán, en la sala del Gran Price de Barcelona

Comorera argumentó la necesidad de un gobierno fuerte, de plenos poderes, capaz de hacer cumplir unos decretos que no se quedasen siempre en papel mojado, como había sucedido con el primer gobierno Tarradellas, en el que participó Nin por el POUM. Un gobierno fuerte, capaz de llevar a cabo una política militar eficiente, que agrupara todas las fuerzas existentes en el frente.

Comorera atribuía, la carencia y el encarecimiento de alimentos a la existencia de los comités de defensa, no al acaparamiento y especulación de los mayoristas y tenderos. Era el discurso que justificaba y explicaba el eslogan de las pancartas y octavillas de las manifestaciones de mujeres de fines del año 1936 y comienzos de 1937: “más pan y menos comités”, promovidas y manipuladas por el PSUC. Era evidente el enfrentamiento entre dos políticas de Abastos opuestas, la del PSUC y la del Sindicato de Alimentación de la CNT. El Sindicato de Alimentación, a través de los trece almacenes de abastos de las barriadas, custodiados por los comités revolucionarios de barrio, suministraba gratuitamente alimentos a los comedores populares, donde podían acudir los parados y sus familiares, y sostenían además centros de atención a los refugiados que, en abril de 1937, en Barcelona, ascendían ya a 220.000 personas. Era una red de abastos que rivalizaba con los detallistas, que sólo obedecían a la ley de la oferta y la demanda, y que intentaba, sobre todo, evitar el encarecimiento de los productos, ya que el alza de precios los hacía inasequibles a los trabajadores, y, por supuesto, a parados y refugiados. El mercado negro era el gran negocio de los detallistas, que realizaban excelentes ganancias gracias al hambre (literalmente) de la mayoría. La guerra del pan de Comorera contra los comités de abastos de las barriadas, no tenía otro objetivo que el de arrebatar a los comités de defensa cualquier parcela de poder, aunque esa guerra implicase el desabastecimiento de Barcelona y la penuria alimenticia.

Comorera finalizó su discurso con un llamamiento a la responsabilidad de todas las organizaciones, en aras a conseguir una férrea unidad antifascista. Para comprender el discurso de Comorera es necesario tener en cuenta la estrategia, propugnada por Gerö, de efectuar una política SELECTIVAfrente al movimiento anarquista, que consistía en integrar a los dirigentes en el aparato de Estado, al mismo tiempo que se practicaba una bestial represión de los sectores revolucionarios, calificados infamantemente como incontrolados, gángsteres, asesinos, agentes provocadores e irresponsables;que Comorera identificaba muy claramente en los comités de defensa.

Los almacenes de abastos de los comités de barrio controlaban qué, cómo, cuánto y a qué precio de venta al público se aprovisionaba a los detallistas, una vez satisfechas las necesidades “revolucionarias” del barrio, esto es, de enfermos, niños, parados, comedores populares, etcétera. Comorera propugnaba la desaparición de esos comités revolucionarios de barrio y el libre mercado. Sabía, además, que una cosa implicaba la otra, y que, sin la supresión de los comités de defensa, el libre mercado sería una quimera.

Un abastecimiento racional, previsor y suficiente de Barcelona, y Cataluña, hubiera supuesto ceder a las pretensiones del Consejero de Economía cenetista, Fábregas, que de octubre a diciembre de 1936 batalló inútilmente, en las reuniones del Consejo de la Generalidad, por conseguir el monopolio del comercio exterior, ante la oposición del resto de fuerzas políticas. Mientras tanto, en el mercado de cereales de París, diez o doce mayoristas privados competían entre sí, encareciendo las compras. Pero ese monopolio del comercio exterior, que ni siquiera era una medida de carácter revolucionario, sino sólo apropiada a una situación bélica de emergencia, atentaba contra la filosofía del libre mercado, propugnada por Comorera.

Había un hilo que relacionaba las colas del pan en Barcelona con la irracional competencia de los mayoristas en el mercado de cereales de París. Hilo que se hubiera roto con el monopolio del comercio exterior. Con la política de libre mercado de Comorera se consolidó. Pero además el PSUC alentó la especulación de los tenderos, que implantaron una auténtica dictadura sobre el precio de todos los alimentos, enriqueciéndose con el hambre de los trabajadores.

 

 ¿Cómo y por qué esos Comités de Defensa se radicalizaron en abril del 37?

El domingo, 11 de abril, en el mitin de la plaza de toros La Monumental, se vieron pancartas que exigían la libertad de Maroto y de los numerosos presos antifascistas, en su mayoría cenetistas. Federica Montseny fue abucheada y silbada. Los gritos favorables a la libertad de los presos arreciaron, una y otra vez. Los comités superiores culpabilizaron del “sabotaje” a la Agrupación de Los Amigos de Durruti. Federica, muy molesta, amenazó con no volver a dar un mitin en Barcelona.

El lunes, 12 de abril de 1937, se desarrolló, en la Casa CNT-FAI, una sesión del pleno local de Grupos Anarquistas de Barcelona, con asistencia de los grupos de Defensa confederal y de las Juventudes libertarias que acordó retirar a todos los cenetistas de cualquier cargo en los estamentos antifascistas gubernativos, ir a la formación de un Comité revolucionario para la coordinación de la lucha armada y socializar inmediatamente la industria, el comercio y la agricultura.

Esta reunión se le había escapado de las manos a la burocracia. En ese Pleno habían intervenido los Comités de Defensa de Barcelona, o lo que es lo mismo, la delegación de los comités revolucionarios de barriada, y también las Juventudes Libertarias, radicalizando, sin duda, los acuerdos tomados.

Y esa FAI de Barcelona, junto a las secciones de defensa de los comités revolucionarios de barrio y las Juventudes Libertarias, pese al escándalo y la histérica oposición de algunos burócratas presentes, como Toryho, había decidido terminar con el colaboracionismo, retirar a los consejeros (ministros) anarquistas del gobierno de la Generalidad y constituir un Comité revolucionario que dirigiese la guerra contra el fascismo. Era un paso decisivo hacia la insurrección revolucionaria, que estalló el 3 de mayo.

Esta radicalización era fruto de una situación cada vez más insostenible en la calle. El 14 de abril, una manifestación de mujeres, que esta vez no estaban manipuladas por el PSUC, partió de La Torrassa para recorrer los distintos mercados de Collblanc, Sants y Hostafrancs, protestando por el precio del pan y de los productos alimenticios. Las manifestaciones y protestas se extendieron a casi todos los mercados de la ciudad. En días posteriores se reprodujeron, con menor virulencia, tumultos y manifestaciones en diverso mercados. Algunas tiendas y panaderías fueron asaltadas. El hambre de los barrios obreros de Barcelona había salido a la calle para manifestar su indignación y exigir soluciones.

 

 ¿Qué papel jugaron los Comités de Defensa en mayo de 1937?

El lunes, 3 de mayo de 1937, hacia las tres menos cuarto de la tarde, tres camiones de guardias de asalto, fuertemente armados, se detuvieron ante la sede de la Telefónica en la plaza de Cataluña. Estaban dirigidos por Eusebio Rodríguez Salas, militante de la UGT y estalinista convencido, responsable oficial de la comisaría de orden público. El edificio de Telefónica había sido incautado por la CNT desde el 19 de julio. La supervisión de las comunicaciones telefónicas, la vigilancia de las fronteras y las patrullas de control eran el caballo de batalla, que desde enero había provocado diversos incidentes entre el gobierno republicano de la Generalidad y la CNT.

Rodríguez Salas pretendió tomar posesión del edificio de la Telefónica. Los militantes cenetistas de los pisos inferiores, tomados por sorpresa, se dejaron desarmar; pero en los pisos superiores se organizó una dura resistencia, gracias a una ametralladora instalada estratégicamente. La noticia se propagó rápidamente. EN MENOS DE DOS HORAS se levantaron barricadas en toda la ciudad. No debe hablarse de una reacción espontánea de la clase obrera barcelonesa, porque la huelga general, los enfrentamientos armados con las fuerzas de policía y las barricadas fueron fruto de la iniciativa tomada por los comités de defensa, rápidamente secundada gracias a la existencia de un enorme descontento generalizado, las crecientes dificultades económicas en la vida cotidiana causadas por la carestía de vida, las colas y el racionamiento, así como a la tensión existente en la base militante confederal entre colaboracionistas y revolucionarios. La lucha callejera fue impulsada y realizada desde los comités de defensa de los barrios, SIN QUE MEDIARA ORDEN ALGUNA DE LOS COMITÉS SUPERIORES, que habían sido desbordados.

 

Andrés Nin, secretario político del POUM, en un artículo escrito el 19 de mayo de 1937, lo describió así: “Las jornadas de mayo en Barcelona han hecho revivir ciertos organismos que, durante estos últimos meses, habían jugado un cierto papel en la capital catalana y en algunas localidades importantes: los Comités de Defensa. Se trata de organismos principalmente de tipo técnico-militar, formados por los sindicatos de la CNT. Son éstos, en realidad, quienes han dirigido la lucha, y quienes constituían, en cada barrio, el centro de atracción y organización de los obreros revolucionarios”.

 

Los Amigos de Durruti no iniciaron la insurrección, pero fueron los combatientes más activos en las barricadas, repartieron una octavilla que exigía la sustitución del Gobierno de la Generalidad por una Junta Revolucionaria.

Los trabajadores confederales, desorientados por el llamamiento de sus dirigentes ¡los mismos del 19 de julio! optaron, al fin, por abandonar la lucha, aunque al principio se habían burlado de los llamamientos de la dirección de la CNT a la concordia y al abandono de la lucha, en aras de la unidad antifascista.

 

 ¿Cómo se disolvieron los Comités de Defensa?

Los comités revolucionarios de barrio, en Barcelona, surgieron el 19-20 de julio y duraron, como mínimo hasta el 7 de junio, cuando las restauradas fuerzas de orden público de la Generalidad disolvieron y ocuparon los distintos centros de las Patrullas de Control, y de paso algunas sedes de los comités de defensa, como la del barrio de Les Corts. Pese al decreto que exigía la desaparición de todos los grupos armados, la mayoría resistió hasta septiembre de 1937, cuando fueron sistemáticamente disueltos y asaltados, uno a uno, los edificios que ocupaban. La última en ser ocupada, y la más importante y fuerte, fue la sede del comité de defensa del Centro, sita en Los Escolapios de San Antonio, que fue tomada al asalto el 20 de septiembre de 1937 por fuerzas de orden público, que utilizaron todo un arsenal de ametralladoras, tanques y bombas de mano. Sin embargo, la resistencia de Los Escolapios no cedió al fuego de las armas, sino a las órdenes de desalojo, dadas por el Comité Regional, asesorado por la Comisión Asesora Política (CAP), dirigida por García Oliver.

A partir de entonces los CD se ocultaron bajo el nombre de Secciones de coordinación e información de la CNT, dedicados exclusivamente a tareas clandestinas de investigación e informativas, como antes del 19 de Julio; pero ahora (1938) en una situación netamente contrarrevolucionaria.

Sin embargo, aún fueron lo bastante fuertes y combativos como para publicar un órgano clandestino, titulado Alerta…! del que editaron siete números entre octubre y diciembre de 1937. El número 1 salió el 23 de octubre de 1937. Las constantes de este periódico fueron la solidaridad con los “presos revolucionarios”, exigiendo su liberación y denunciando la gestión y los abusos en la Cárcel Modelo; la crítica del colaboracionismo y de la politización de la FAI; la denuncia de la desastrosa política de guerra del gobierno Negrín-Prieto y del predominio estalinista en el ejército y el Estado. Lanzó saludos de confraternización con las Juventudes Libertarias y la Agrupación de Los Amigos de Durruti. Una característica indeleble de la publicación fueron sus constantes llamadas a “hacer la revolución” y al abandono de todos los cargos por parte de los comités superiores: “Que la Revolución no puede hacerse DESDE EL ESTADO, sino CONTRA EL ESTADO”. El último núm. del 4-12-1937, denunció las checas estalinistas y la brutal persecución de los cenetistas en la Cerdaña.

En 1938, los CD, al igual que todos los revolucionarios estaban ya bajo tierra, en la cárcel o en la clandestinidad más absoluta. No fue la dictadura de Franco, sino la República de Negrín quien acabó con la Revolución.

 

CONCLUSIONES

1.- En julio de 1936, la cuestión esencial no era la toma del poder (por una minoría de dirigentes anarquistas), sino la de coordinar, impulsar y profundizar la destrucción del Estado por los comités.

Los comités revolucionarios de barriada (y algunos de los comités locales) no hacían o dejaban de hacer la revolución: eran la revolución social.

La destrucción del Estado por los comités revolucionarios era una tarea muy concreta y real, en la que esos comités asumían todas las tareas que el Estado desempeñaba antes de julio de 1936.  Y ESA ES LA GRAN LECCIÓN DE LA REVOLUCIÓN DEL 36: LA NECESIDAD DE DESTRUIR EL ESTADO-

2.- Durante la guerra civil, el proyecto político del anarquismo de Estado, constituido como un partido antifascista más, utilizando métodos de colaboración de clases y de participación gubernamental, organizado burocráticamente con el objetivo principal de ganar la guerra al fascismo, fracasó estrepitosamente en todos los terrenos; pero el movimiento social del anarquismo revolucionario, organizado en comités revolucionarios de barrio, locales, de control obrero, de defensa, etcétera, constituyó los embriones de un poder obrero que alcanzó cotas de gestión económica, de iniciativas populares revolucionarias y de autonomía proletaria, que aún hoy iluminan y anuncian un futuro radicalmente diferente a la barbarie capitalista, el horror fascista o la esclavitud estalinista.

Y aunque ese anarquismo revolucionario sucumbió finalmente a la represión coordinada y cómplice del Estado, de la burguesía, de los estalinistas y de los comités superiores, nos legó el ejemplo, la reflexión y el combate de algunas minorías, como Los Amigos de Durruti, las JJLL de Cataluña y determinados grupos anarquistas de la Federación Local de Barcelona, que nos permiten teorizar hoy sus experiencias, aprender de sus errores y reivindicar su lucha y su historia.

¿Comunismo? ¿Anarquismo?

viernes, mayo 4th, 2012

Fuente : http://metiendoruido.com/2012/04/comunismo-anarquismo/

Extraido de Cuadernos de Negación N°2: «Clases Sociales, o la maldita costumbre de llamar a las cosas por su nombre»

“Queremos acabar con el capitalismo y eso no se consigue simplemente llamándose de unaforma u otra, como quien invoca un extraño conjuro.”
Grupo Ruptura. ¿Comunistas o anarquistas?[1]

“El comunismo no es una sociedad que alimentaría adecuadamente al hambriento, cuidaría al enfermo, alojaría al que no tiene casa, etc. No puede basarse en la satisfacción de las necesidades tal como existen hoy o incluso como podríamos imaginarlas en el futuro. El comunismo no produce suficiente para cada cual y lo distribuye equitativamente entre todos. Es un mundo en el que la gente entra en relaciones y en actos que (entre otras cosas) dan como resultado que sean capaces de alimentarse, cuidarse, alojarse… ellos mismos. El comunismo no es una organización social. Es una actividad. Es una comunidad humana.”

Gilles Dauvé. Declive y resurgimiento de la perspectiva comunista.

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Puede sorprender a muchos actualmente agitar por el comunismo y la anarquía, ya que ambas categorías están impregnadas (y no sin motivo) de demasiada basura, y algunos hasta las consideran antagónicas. Más allá de los rótulos[2] y lo que se dice, existe la realidad de lo que se hace: definirse como comunista-anarquista no significa que nuestra praxis necesariamente lo sea. De la misma manera, las formas de praxis que también se denominan comunistas-anarquistas, no necesariamente son llevadas adelante por individuos que se definen como tales. De hecho, la mayoría de las personas que participaron de los intentos revolucionarios no eran partidarias de tal o cual ideología revolucionaria.

Los ejemplos sobran: gran cantidad de auto-denominados comunistas cocorean sobre su internacionalismo y posición de clase, pero siempre en la práctica no hacen más que ubicarse en alguno de los dos bandos en las guerras capitalistas -preferentemente de la “nación más oprimida” o menos desarrollada para justificar ese “mal menor” que es el anti-imperialismo-. Otros auto-denominados comunistas pueden, también, afirmar la necesidad de destrucción del Estado, pero en su propia práctica asumen la defensa del mismo hasta el extremo, no sólo participando repetidas veces en elecciones parlamentarias, sino presionándolo una y otra vez a cumplir su función,
a parar su desequilibrio. En definitiva: a mantenerlo en pie, posponiendo su destrucción para el día del nunca jamás.

Así también, algunos otros auto-denominados anarquistas, supuestamente irreconciliables con el Estado, han llegado a ocupar puestos en el gobierno de la República en la España del ’36. Asimismo, existen ejemplos más autóctonos y más ninguneados como los anarquistas K[3] que apoyan activa y “críticamente” al gobierno de los Kirchner en la región argentina.

Entonces, lo aseveramos: reconocerse de tal o cual doctrina no garantiza nada. Y, además, siguen sobrando los motivos para seguir afirmando: preparamos las elecciones o bien, preparamos la revolución.

El comunismo y la anarquía no son un ideal a llegar: son formas de actividad y relaciones sociales, que se manifiestan como tendencia en las luchas reales y concretas contra el capital y la vida alienada en general.

Mediante el comunismo en anarquía no se pueden dar soluciones a los problemas del capitalismo, no se propone que éste sea más racional o moderno: esas son las bases del viejo mundo, y justamente se las quiere destruir, no mejorar, ya que esa es la tarea del reformismo y no de los revolucionarios. Entonces, cuando nos preguntan “¿Pero cómo es la sociedad que ustedes proponen?”, concluimos: esperando las respuestas a los interrogantes de este mundo, no están fallando las respuestas, está fallando la pregunta. La anarquía no es entonces un montón de medidas que se tomarán el día después de la revolución, es lo que hacemos hoy para llegar a los días de la revolución, o para desenvolvernos mejor en situaciones prerevolucionarias.

Comprendemos que décadas y décadas de contra-revolución y pasividad a cargo de “comunistas” y “anarquistas” provocan desagrado por esos conceptos: los países llamados “comunistas”, grupúsculos nacionalistas, populistas, stalinistas, troskistas, leninistas, maoístas, por un lado; y liberales, artistas, oportunistas, pacifistas, intelectuales, punks narcotizados, hippies adictos al consumo de miseria y demases vómitos de la subcultura, por el otro… sólo han servido para obstaculizar el desarrollo de las herramientas para la auto-supresión de nuestra clase. Pero, así y todo, nos negamos a despreciar todo el arsenal del movimiento revolucionario, ya que es parte de nuestra historia y no permitiremos que quede en manos de los imbéciles de siempre.

Entendemos la actividad revolucionaria como una tensión[4], ya que excede lo que podría ser una filosofía, una teoría política o hasta una práctica: es un modo de concebir la vida, de involucrarse en lo que se intenta transformar. Esto de ninguna manera puede ser otra cosa que la realidad, y es claramente por ello que claro, cambiamos en lo personal, pero ese nunca es el objetivo final, sino sólo una consecuencia lógica dentro de lo que comúnmente se denomina “las contradicciones que vivimos”. Este concepto es también bastante discutible, porque como decíamos antes nuestra intención no es transformar un objeto exterior a nosotros mismos sino transformar la vida, esa misma vida que nos contiene: queremos abolir la contradicción entre esta forma de novida y, justamente, lo humano.

Esta contradicción, a su vez, no aparece desde el momento en que se adopta tal o cual ideología. De hecho, las ideologías no aportarán nada en ese sentido más que la sensación de pertenencia y movimiento que sin más que la adhesión conducirían a la revolución final. Lo que se quiere dejar en claro, al fin y al cabo, es lo siguiente: no estamos en contradicción con esta realidad por la ideología o no que adoptemos, es decir, no estamos en contradicción por ser comunistas y vivir en el mundo de la propiedad privada, no estamos en contradicción por ser anarquistas y vivir bajo el ojo de dios y el pie del gobierno. Estamos en contradicción porque somos asalariados, explotados y oprimidos en todos los aspectos de nuestras vidas, y es eso lo que nos empuja a luchar.Podremos reconocer más claramente esa contradicción entre la vida y lo que atenta contra ella, pero jamás nos salirnos de la realidad, por el sólo hecho de que vivimos en este mundo.

La sola idea de ser libres en un mundo de esclavos es inadmisible, como es inadmisible por esta misma situación la justificación de otras “contradicciones ideológicas” que sí son solucionables como la coherencia entre medios y fines, la solidaridad, etc. La realización del individuo en un sentido inmediato[5] también lo es, porque pareciera ser que la propaganda capitalista ha dado sus frutos: lo queremos todo acá y ahora, y si algo no nos lo proporciona no lo compramos… ¡Sí, compramos! porque a veces hasta se comprende a la teoría-practica revolucionaria como una mercancía más, que puede (y debe) agradar, dar identidad, con la que se puede simpatizar, y finalmente abandonarla cuando nos da la gana, total es una parte separada de nuestras vidas, de la que podemos prescindir cuando sea necesario.

Pero nosotros al igual que muchas personas, hemos entendido que la revolución no tiene sentido más que como transformación de lo cotidiano, aunque lamentablemente esto se ha malinterpretado al creer entonces que una transformación de lo cotidiano equivaldría a una revolución[6].

“Los que hablan de revolución y de lucha de clases sin referirse explícitamente a la vida cotidiana, sin comprender lo que hay de subversivo en el amor y de positivo en el rechazo de las obligaciones, tienen un cadáver en la boca”, afirmaba Raoul Vaneigem y en ella se han escudado, y no sin razón, tanto él como los demás “reformadores de la vida cotidiana”. Pero también podríamos entender esa afirmación comprendiendo su otra cara: Que quienes hablan de transformar la vida cotidiana sin referirse explícitamente a la revolución y a la lucha de clases, sin comprender lo que hay de subversivo en la acción individual pero a la vez social y de positivo en el rechazo de las ideologías individualistas, también tienen un cadáver en la boca… Ambas afirmaciones son verdades, pero separadas son sólo verdades parciales.quella concepción se asemeja a las ya no tan nuevas corrientes new age, que nos dicen que podemos ser felices y realizados si tenemos “paz interior”, sólo que algunos piensan lo mismo si tenemos “revolución interior”. Revolución interior, que creemos necesaria en un comienzo, como paso fundamental, pero que nos excede en el mismo instante porque no es un invento personal que fluye desde cada uno, es quizás un aspecto de la lucha revolucionaria, que puede comenzar modificando algunos aspectos de nuestras vidas y luego empujándonos a tomar protagonismo en la extensión de esos cambios en la totalidad del mundo… Ya que sólo podemos realizarnos como individuos en la medida en que nos relacionemos con las demás personas.

Nuestra mayor fuerza reside en la globalidad de nuestra implicación, en nuestra adhesión no a un grupo, subcultura, ideología o jefe… sino al movimiento real de abolición de todo lo que nos hace ajenos a nosotros mismos. “Lo que convierte a una lucha en global y universal no es su generalización y su generalidad, sino su radicalidad; es decir si es transgresiva, subversiva, si atenta contra la totalidad del sistema, contra su legitimidad. Aunque parcial, local, puntual, esta lucha contra cada aspecto de la violencia capitalista adquiere, si es radical, un carácter total. No apunta a una distribución distinta del poder, sino a su destrucción. No pretende la estatización de los medios de producción, sino la destrucción del valor de cambio y la gratuidad del don.”[7]

POST DATA:

No es nuestra intención adherir o contribuir a esos híbridos llamados “marxismo libertario” o “anarco-marxismo”, no estamos armando ningún rompecabezas, ni añadiendo fragmentos de Marx a Bakunin (o viceversa), sino que tenemos en cuenta a algunos anarquistas y a Marx (mas no a los marxistas) como ellos tuvieron que valorar a ciertos revolucionarios del pasado para poder superarlos.

Por un lado, bajo la categoría de “anarquismo” se han nombrado, como ya dijimos, diversas corrientes y concepciones del mundo incluso antagónicas, quizás por su propia falta de un guía o una doctrina más rígida. Lo que afortunadamente ha permito a algunos anarquistas avanzar verdaderamente sin la pesada carga de esa ”sagrada familia” de pensadores y dogmas, a otros les ha permitido tomarse la libertad de llamar anarquismo a lo que les vino en gana. Por el otro lado los marxistas han hecho con los textos de Marx, quien manifestó expresamente “yo no soy marxista” también lo que les vino en gana. Entonces, agregar un “ismo” tras el nombre de una sola persona, aunque ésta ya se encuentre muerta, tampoco garantiza nada.

Ya desde los inicios del movimiento obrero, ambas corrientes históricas contenían en sí mismas una expresión reformista y otra revolucionaria, pero pareciera que actualmente en vez de reflexionar sobre sus puntos fuertes se reivindican sus debilidades, y no sólo por parte del rival de cada una de ellas para el triunfo de su ideología en alguna discusión mediocre, sino también desde el “ista” en cuestión. En su momento haberse denominado como bakuninistas o como marxistas no permitió llegar a superar ambas ideologías, y es hoy que esa división nos llega arrastrándose desde el pasado y cada vez más putrefacta. Nuestra ventaja de considerarlas como ideologías está en que queda así muy clara la necesidad de superar lo que esa división tiene de falso problema. Para Debord, cada una de ellas contiene “una crítica parcialmente verdadera, pero perdiendo la unidad del pensamiento de la historia e instituyéndose ellas mismas en autoridades ideológicas”. 

Una corriente puede haber comprendido que el Estado debe ser abolido a como dé lugar, la otra habrá comprendido cuáles son las razones que llevan a instituir un Estado y para qué existe éste, por ejemplo[8]… entonces ¿Qué vamos a hacer? ¿Cada uno defender su “ismo” en competencia con el otro, para así cada uno tener una verdad parcial que separadas jamás llegarán a ningún lado? Si nos subordinamos a un “ismo”, seremos menos crítico con él que con los demás, ya que subordinaremos toda nuestra actividad (incluyendo nuestra crítica) a la victoria del “ismo” por el cual hemos tomado partido. Nos convertiremos en guardianes de ese “ismo”, en conservadores de esa tradición específica.[9]

Estas tendencias (anarquismo, marxismo, etc) son exigencias de la práctica, pero de lo que se trata es de la teoría del proletariado, que es exigida por su práctica para auto-suprimirse como clase.

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[1] Texto aparecido el nro.2 de la publicación Ruptura (Madrid, España) y recomendado para ampliar sobre este tema

Contacto: gruporutura@hotmail.com

[2] En nuestra historia los revolucionarios se han llamado a sí mismos o los han denominado de diferentes maneras: ludditas, comunistas, socialistas, nihilistas, anarquistas, libertarios, situacionistas, encapuchados y hasta liberales (como el grupo en el cual participaba Ricardo Flores Magón). Con estos adjetivos también se ha nombrado a diferentes reformistas y burgueses. Si bien estas categorías tienden a mejorar la comunicación y el entendimiento, muchas veces logran todo lo contrario.

[3] Para mayor información, leer el reportaje realizado a Federico Martelli en la revista Veintitrés de Febrero del 2007, titulado Los anarquistas de Scioli. allí pueden leerse cosas como: “Tengo formación anarquista, socialista y peronista. Trato de rescatar de cada uno lo mejor. Rescato de la ideología libertaria el amor por la libertad. Del peronismo la profunda transformación que realizó. Partidos puede haber un montón, lo importante es cuál es el movimiento nacional que represente a los trabajadores.” (¡¡!!) Extraído del nro.42 de la publicación ¡Libertad! (del grupo del mismo nombre). www.geocities.com/grupo_libertad

[4] “He aquí lo que diferencia a un hombre político de un revolucionario anarquista. No las palabras, no los conceptos, y, permitidme, bajo ciertos aspectos ni siquiera las acciones, porque no es su extremo concluirse en un ataque -pongamos radical- lo que las califica, sino el modo en que la persona, el compañero que realiza estas acciones, consigue convertirlas en momento expresivo de su vida, caracterización específica, valor para vivir, alegría, deseo, belleza, no realización práctica, no la realización de un hecho que mortalmente se concluye en sí mismo y determina el poder decir: “Yo hoy he hecho esto”. (Alfredo Maria Bonanno, La tensión anarquista.)

[5] Aquí vuelve a aparecer la visión moderna del mundo, donde todo es instantáneo…en el imaginario revolucionario muchas veces se comete el error de querer usar como sinónimos espontáneo e inmediato. En realidad, espontáneo hace referencia a que esto se lleva adelante sin agentes externos que lo provoquen, y no por la rapidez inmediata (o no) con la que se
realiza el acto revolucionario.

[6] Gilles Dauve, Prefacio a la edición española de “Declive y resurgimiento de la perspectiva comunista”. Ediciones Espartaco Internacional www.edicionesespartaco.com

[7]“He aquí lo que diferencia a un hombre político de un revolucionario anarquista. No las palabras, no los conceptos, y, permitidme, bajo ciertos aspectos ni siquiera las acciones, porque no es su extremo concluirse en un ataque -pongamos radical- lo que las califica, sino el modo en que la persona, el compañero que realiza estas acciones, consigue convertirlas en momento expresivo de su vida, caracterización específica, valor para vivir, alegría, deseo, belleza, no realización práctica, no la realización de un hecho que mortalmente se concluye en sí mismo y determina el poder decir: “Yo hoy he hecho esto”. (Alfredo Maria Bonanno, La tensión anarquista.)

[8] Aquí vuelve a aparecer la visión moderna del mundo, donde todo es instantáneo…en el imaginario revolucionario muchas veces se comete el error de querer usar como sinónimos espontáneo e inmediato. En realidad, espontáneo hace referencia a que esto se lleva adelante sin agentes externos que lo provoquen, y no por la rapidez inmediata (o no) con la que se
realiza el acto revolucionario.

[9] Gilles Dauve, Prefacio a la edición española de “Declive y resurgimiento de la perspectiva comunista”. Ediciones Espartaco Internacional www.edicionesespartaco.com

75 Aniversario de la muerte de Buenaventura Durruti (1896-1936)

sábado, noviembre 26th, 2011

Fuente : http://lapalabracomoarma.blogspot.com/2011/11/75-aniversario-de-la-muerte-de.html

Ferrán Aisa / Periódico cnt

La filosofía de Marx proponía el principio del orden y de la creación, mientras que Bakunin era partidario del caos y la rebelión. Rimbaud, por su parte, consideraba que para transformar el mundo primero había que cambiar la vida. El mundo de las vanguardias y de los movimientos obreros revolucionarios, que siguieron estos parámetros filosóficos, iniciaron el camino hacia la emancipación social.

Buenaventura Durruti era un hombre de acción, su lucha era emancipadora, su carisma anarquista imponía respeto… Durruti hacía de su acción y de su lucha poesía pura, como quedó patente en la entrevista que le hizo el periodista Van Passen para el periódico canadiense Toronto Star, donde sus palabras se alzan con una gran sensibilidad poética: «Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero –le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones –dijo murmurando, ásperamente. Y luego agregó: -Ese mundo está creciendo en este instante.»

Las palabras de Durruti eran poesía revolucionaria en acción, una poesía destinada a cambiar la vida y a transformar el mundo. Pero el 20 de noviembre de 1936 Durruti topó con la parca en la Ciudad Universitaria de Madrid, por tanto ahora se cumple 75 años de su muerte. Durruti murió de un disparo en pecho. Un disparo que todavía hoy se desconoce el fusil de donde salió la bala… Se ha hablado mucho de las sietes muertes de Durruti…, pero tal vez la muerte se produjo accidentalmente por la bala que salió de su propio naranjero. La muerte de Durruti, como el Aquiles de la tragedia griega, amplió aún más su condición de héroe. Durruti fue el héroe libertario por excelencia. Durruti fue ensalzado y convertido en leyenda por los milicianos de las columnas confederales que luchaban en el frente contra el fascismo y por los militantes anarcosindicalistas que, en la retaguardia, habían comenzado a construir la nueva sociedad bajo el prisma de la autogestión libertaria. El cuerpo sin vida de Durruti fue trasladado de Madrid a Barcelona y expuesto en el vestíbulo de la Casa CNT-FAI, en la Via Laietana que, aquel mismo día, se llamó Durruti. Su féretro fue cubierto con una bandera roja y negra… Su muerte generó muchas alabanzas, pero una gran parte de ellas eran falsas, pues muy pronto traicionaron las aspiraciones revolucionarias de Durruti.

La manifestación que generó su sepelio fue impresionante, pues cerca de un millón de personas ocuparon todas las arterias urbanas por donde pasó la comitiva camino del cementerio de Montjuïc. A la cabeza de la manifestación todas las bandera antifascistas habrían paso a los responsables políticos, sindicales y militares, entre ellos, Companys, Comorera, García Sandino, Pi i Sunyer, Garcia Oliver, Montseny, Peiró, Marianet, Puig Elias, Nin y, entre otros, el cónsul de la URSS Ovseenko. Todos los sindicatos de la CNT, las agrupaciones de la FAI, comités de las JJ. LL. y de las Mujeres Libres seguían la comitiva y detrás de ellos miles y miles de trabajadores. También se manifestaban con dolor y rabia clamando en sus pancartas de «venganza» los milicianos de la Columna Durruti, En definitiva, todo el pueblo se había echado a la calle para acompañar a Durruti en su último camino… Era la última manifestación unitaria del pueblo trabajador y antifascista, pronto se pondría en juicio la revolución y se iniciaría la lucha fratricida, y la contrarrevolución acabaría con las esperanzas emancipadoras del pueblo trabajador. Y los anhelos de transformación social se convertirían en historia… Aquel día gris y lluvioso de noviembre la manifestación popular que transcurría por la calles de Barcelona era rota tan solo por el trotar de los caballos de los milicianos de la FAI, del POUM y de la guardia urbana que rendían honores al luchador anarquista. Los motoristas de las patrullas de control habrían el paso… Entre la inmensa gente que acompañaba los restos de Durruti, dos bandas de música, a distinto ritmo, interpretaban Hijos del Pueblo. Durruti fue enterrado el día siguiente. El entierro fue una metáfora una especie de canto del cisne que auguraba que con Durruti se enterraba la revolución española.

20 de Octubre 2011. Estenciles Políticos en la Marcha de la Revolución.

sábado, octubre 22nd, 2011

Fuente: http://cpr-urbana.blogspot.com/

Este 20 de octubre día de la Revolución se llevo acabo la histórica marcha que recuerda la década de la primavera (1944-54), la popular marcha salio a las 9 de la mañana del trébol, por la avenida Bolívar llego hasta el Parque Central de la zona 1.

Cada vez se generaliza mas el uso del Estencil pero este año dedico especial atención al uso casi masivo del mismo por jóvenes que experimentan en esta técnica de guerrilla de comunicación. Este foto reportaje muestra gran parte de esta técnica utilizada en la marcha,  en donde se pudo observar que el Estencil político Guatemalteco es por excelencia la nueva arma de lucha de colectivos juveniles y/o jóvenes que rompiendo el silencio han salido a las calles a expresarse.

Los Estenciles  son herramientas de comunicación nuevas que marcan en el territorio o paisaje urbano hegemónico esa disputa con la memoria oficial, existe una juventud creciente que integra la memoria a su  expresión artística, a los ojos de una sociedad adormecida y enajenada como lo son gran parte de la población urbana guatemalteca las marcas, grafiti o estenciles puede ser ser un simple acto desapercibido, este espacio alternativo de comunicación lo identifica como una muestra mas  de esperanza de una población que despierta y transgrede los limites impuestos de una sociedad conservadora.

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la temática fue diversa, desde al rechazo histórico a los militares por su papel en la historia contemporánea de Guatemala hasta el tema del colonialismo.
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Estencil sobre papel, colocado en la 6ta ave. de la zona 1. foto de Rogelia Cruz a tres colores sobre papel manila.

Louise Michel y la bandera negra

miércoles, marzo 9th, 2011

Hoy hace 128 años la bandera negra hizo su primera aparición «oficial» en la manifestación de los parados en los Invalides, el 9 de marzo de 1883, durante un meeting organizado por el sindicato de carpinteros. Louise Michel, en dicho meeting enarbola por primera vez una bandera improvisada con una falda negra atada al palo de una escoba.

Fue sentenciada entonces a 6 años de cárcel. Fue a una prisión donde había muchas mujeres prostitutas e hizo suya la causa de ellas públicamente diciendo y escribiendo: «Ni una chica más para la prostitución, ni un chico más para el ejército…«, es lo que pensaba sobre una sociedad prostituyente y militarista.

Esta fue la defensa de la bandera negra que ella hizo durante su proceso:

«Hay algo más importante en este proceso que arrancar algunos trozos de pan. Se trata de la idea que perseguimos, de las teorias anarquistas que ellos quieren por todos los medios condenar.

Ellos insisten en el famoso librito «¡Contra el ejército! » al que el ministerio público ha hecho una publicidad que no nos esperabamos.

Por otra parte, en 1871, se nos ha tratado duramente. He visto a los generales que fusilaban; he visto M. de Gallifet matar sin juicio a dos comerciantes de Montmartre que nunca habían sido partidarios de la Comuna; he visto masacrar a los prisioneros porque osaban quejarse: Han matado a mujeres y a niños; han acorralado a los federales como a bestias salvajes; he visto las esquinas de las calles llenas de cadáveres. No se asombren si vuestras persecuciones nos conmueven poco.

¡Ah!, ciertamente, señor abogado general, a usted le resulta extraño que una mujer ose defender la bandera negra. ¿Por qué hemos resguardado la manifestación bajo la bandera negra? Porque esta bandera es la de las huelgas e indica que el obrero no tiene pan.

Si nuestra manifestación no hubiera sido pacifica, hubieramos cogido la bandera roja que está ahora clavada en Père Lachaise, encima de la tumba de nuestros muertos. Cuando la enarbolemos, sabremos defendernos. Nosotros no hemos llamado a la Internacional muerta porque no hemos podido reunir sus pedazos y porque la Internacional es un poder oculto y ya es hora de que el pueblo se muestre a la luz del día.

Ahora mismo, hablabamos de los soldados que tiraban contra los jefes, pues bien, en Sedan, si los soldados hubieran tirado a sus jefes, ¿cree usted que hubiera sido un crimen? Al menos, el honor hubiera estado a salvo. Mientras que se ha mantenido la vieja disciplina militar, hemos dejado pasar a Bonaparte que iba a liberar a Francia del extranjero.

Pero yo no persigo ni a Bonaparte ni a los «orleanistas»; no persigo más que a sus ideas. Prefiero más ver a Gautier, Kropotkine y Bernard en la cárcel que al ministerio. Allí, sirven a la idea socialista, mientras que en las situaciones excepcionales, nos inunda el vertigo y olvidamos todo.

En cuanto a mi, lo que me consuela, es que yo veo por encima de vosotros, por encima de los tribunales, levantarse la aurora de la libertad y la igualdad humana. Hoy estamos en la República y estamos en la más absoluta miseria. Pero no es esta la República que nosostros queremos, sino la República en donde todo el mundo trabaje y pueda consumir lo que le sea necesario según sus necesidades.

Se nos habla de libertad: hay la libertad de la tribuna que al final nos condena a 5 años de trabajos forzados. Y en lo que respecta a la libertad de reunón, sucede lo mismo. En Inglaterra, el meeting habrá tenido lugar; en Francia ni siquiera hemos hecho los requerimientos a la ley para que la gente se retirara sin resistencia. El pueblo muere de hambre, pues bien, yo he cogido la bandera negra y me he ido a decir que el pueblo no tenía trabajo y no comida. Este es mi crimen, juzgenlo como quieran.

Ustedes dicen que queremos hacer una revolución. Pero estas son las cosas que provocan las revoluciones: es el desastre de Sedan lo que ha hecho caer el imperio, y algún crimen de nuestro gobierno, traerá también una revolución. Esto es cierto. Y quizás, ustedes mismos, en su momento, estarán del lado de los indignados si vuestro interés es el de estar allí. Pensad en ello.

Si hay tantos anarquistas, es que hay mucha gente está asqueada de la triste comedia, que desde hace tanto tiempo, nos muestran los gobiernos. Yo soy ambiciosa para la humanidad, quisiera que todo el mundo fuera artista y poeta para que la vanidad humana desapareciera. No tengo demasiada ilusión en ello. Tengánlo en cuenta para cuando el señor abogado hable de mi vanidad. Pues bien, tengo mucho orgullo incluso para ser un jefe: en algún momento es necesario que un jefe se rebaje ante de sus soldados, para después convertirse en un despota.

No quiero discutir la acusación de robo que se me reprocha, eso es demasiado ridiculo. Pero si ustedes me quieren castigar, cometo todos los diías delitos en la prensa, cuando hablo etc. Pues bien, castiguenme por estos delitos.

Resumiendo, el pueblo no tiene ni pan ni trabajo, y no tenemos en perspectiva más que la guerra. Y nosotros queremos la paz de la humanidad y la unión de los pueblos. Estos son los crimenes que hemos cometido.

Cada uno busca su camino, nosotros buscamos el nuestro y pensamos que el día en que reine la libertad y la igualdad, el género humano sera feliz.»

Exposición MR-13 en la USAC

lunes, noviembre 15th, 2010

Reivindicación del 50 aniversario del surgimiento del Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre

 -MR13

 

Exposición de documentos históricos de las organizaciones revolucionarias, música, proyección de imágenes, poesía… 

 

Hora: 16:00 pm a 20:00 pm

Dia: Lunes 15 de Noviembre 2010

Lugar: Frente a Rectoría USAC

 

Comunidad Estudiantil No’j-Bloke Antiimperialista

Proclama a 50 años del alzamiento militar del 13 de Noviembre‏

sábado, noviembre 13th, 2010

13 de Noviembre de 1960 / 2010.

a 50 años del levantamiento militar

que dio pie a la lucha popular revolucionaria.

 

La lucha contra el imperialismo necesita de toda la Solidaridad Posible

es la Lucha contra el Peor Enemigo de la Humanidad.

Turcios Lima.

Es necesario que nosotros, nosotras, ustedes, ellas, ellos, los de a pie, los necios, los de siempre, los pueblo. Hagamos procesos de reflexión, aprender de nuestro pasado histórico, de las lecciones que muchos y muchas de nuestras héroes y heroínas dejaron plasmado en la memoria, en el panfleto, en el periódico clandestino y que hoy a la luz de 50 años, podemos ir observando cuales eran los debates, la historia les dio la razón y a quienes (sujetos políticos) de ese momento histórico no lograron una lectura adecuada del momento y equivocaron los pasos.

Pero también remarcar que para Guatemala ese momento (13 de noviembre de 1960) significo el inicio de un proceso de lucha contra la tiranía, la dictadura militar, la explotación del obrero, del campesino, de la mujer, la discriminación, contra la marginación del pueblo, de la niñez, de la juventud, contra la opulencia de unos y la miseria de todos. También significo que hay momentos en la historia en que la acumulación de acontecimientos sociales y económicos lanzan a las calles, a las montañas, a las trincheras, a hombres y mujeres, niñas, niños, indígenas, mestizos, garífunas, latinoamericanos , pueblo consiente a librar las batallas necesarias para desenmascarar el sistema y desarrollar una lucha para romperlo, desquebrajarlo, cambiarlo,

Pero también el estudio de los elementos sociales, económicos y culturales de nuestra historia, que son los detonantes insurreccionales que en aquel momento desataron la furia, la rabia, la rebeldía de las y los que poseían las características de un pensamiento que evoluciona, nuevas ideas, nuevas formas de interpretar la sociedad y la humanidad y comparándolas con nuestra Guatemala de hoy, nos muestra que las condiciones son las mismas, con sus matices, ahora una explotación mucho más elaborada, mas disfrazada, pero tan dura y tan reprochable como la de hace 50 años, 100 años, 500 años……. con el componente mediático que duerme a las masas, les propone que pensar, sentir, soñar, aspirar, comer, vestir, etc.

Entonces hoy como ayer es necesario que esas condiciones ( de explotación, de clase) las volvamos a sacar a flote, a socializar, a redescubrir conjuntamente como pueblo y volvernos a indignar, a llorar del coraje por el niño y niña de la calle, que el alma se nos estruje con ver a la mujer violentada, explotada en la maquila, en el campo, ver al anciano pedir en las calles y que nadie lo vea, siendo él una fuente de experiencias y sabiduría popular. Y en esa indignación pero a la vez dignidad como seres humanos construir nuestro accionar y dar la lucha al calor de la conciencia, de la ciencia y de comprender nuestro momento histórico para generar una batalla social y política a la altura de la etapa actual.

Algo que también es aleccionador para nuestro aprendizaje y a nuestro entender es, ver aquellos debates a lo interno de las organizaciones sociales, las diferentes posturas, corrientes de pensamiento y al calor de ese estudio evidenciar que tanto en aquel entonces como ahora, hay un pensamiento político que parece ser que se estanca, no evoluciona, no crece y otro ( su contrario) que cree en las nuevas ideas, nuevos hallazgos, nuevas formas de concebir la lucha, la organización, las ideas políticas, etc …. . Pero también es motivador saber como la historia resuelve esos conflictos otorgándoles la verdad o lo atinado de su análisis ( a esas nuevas ideas) y como a las que no se movieron, ( algunas aun están presentes en nuestro contexto actual ) un veredicto de se equivocaron, erraron, no pudieron dar a su momento histórico una mejor interpretación , Ejemplo: aquellos que dijeron que apoyando a Méndez Montenegro a las elecciones se minimizaría los impactos de la dictadura, lo hicieron y la historia nos cuenta como este títere siguió con los designios de los yanquis y los militares.

Pero hay otro ejemplo, es que nosotros y nosotras queremos aprender él de los luchadores sociales como Turcios Lima, Yon Sosa para mencionar a dos de muchos y muchas es que ellos evolucionaron, reflexionaron y entendieron su momento histórico no por el hecho de que ya lo tuvieran todo resuelto en su pensamiento y su acción, sino que en el camino fueron aprendiendo de sus errores, aceptándolos y reestructurando sus ideas, sus concepciones, sus acciones……. Es decir estuvieron siempre en la búsqueda de aprendizajes, los encontraron y los aplicaron a su lucha diaria.

Entonces este momento que hoy quisimos compartir para aprender juntos de la historia, es para nosotros un momento importante no solo por el hecho de evocar aquel levantamiento armado que luego de algunos años se nutrió de los y las mejores hijas de la nación y dio lugar a la Lucha popular revolucionaria, a la guerra de guerrillas, a la guerra popular prolongada.

Sino también a raíz de ir viendo los elementos comunes (condiciones de explotación, debates a lo interno de las organizaciones) podamos como nuestros héroes y heroínas conjuntamente construir una estrategia de lucha que este adecuada al momento histórico, sin pensar que una forma es mejor que la otra sino, como combinarla y hacer una verdadera batalla social contra la actual explotación. Y que la burguesía nacional e internacional la sientan, que tiemblen, que no duerman, que tengan pesadillas, que se pongan nerviosos ante el avance inminente de una lucha popular que los derrotara y construirá una nueva Guatemala. Es para nosotros un legado y una tarea que nos dejaran: Turcios, Yon Sosa, Arbenz, Chepito, Alaide Foppa, Rogelia Cruz, Mama Maquin, Rolando, Gaspar, Luz Aide Mendez, Oliverio Castañeda de León, Luis Lion, Comandante Everardo, y muchas y muchos otros que los llevamos en la memoria. Los que no tenemos su nombre pero que aportaron mucho para desarrollar la lucha. A ustedes a los que sobrevivieron y siguen presentes, que respetamos y que nos enseñan siendo un ejemplo latente de dignidad, coraje, evolución del pensamiento y acción. Para todos y todas los que nos precedieron y los que seguimos en la lucha, está dirigido este evento.

 

«[La Lucha] debe ser fiel a esta ideología, cuidando que la teoría no caiga en el eclecticismo y la fraseología y que la práctica no se desvíe a la improvisación y el empirismo. Para ello el único camino es la discusión política constante, la participación en la influencia efectiva de las masas en la dirección del movimiento, para hacer imposible la imposición de esquemas mecánicos por arriba y el freno de las corrientes de pensamiento que surjan del seno de las fuerzas revolucionarias»

Turcios Lima.

Carta de renuncia

 

Bloque anti imperialista

A 50 Años de la Gesta Histórica, del 13 de Noviembre de 1960.

sábado, noviembre 13th, 2010

                           

 CONVERSATORIO CON

              Dr. JULIO CASTELLANOS CAMBRANES
“13 de Noviembre 1960: Historia de un levantamiento militar revolucionario.
                    Antecedentes y desarrollo histórico”
                Lic. JUAN CARLOS Vásquez Medeles.
“ Rogelia Revolución : más allá de la belleza”. Universidad Michoacan, México)
                    Alba Estela Maldonado, LOLA
      “ Esbozo histórico desde lo vivido por una mujer revolucionaria”

                         Sábado, 13 de noviembre 2010
                    Hotel Royal Palace, Salón Reyes, 1er Nivel
                   6a avenida 12-66, Zona 1, Ciudad de Guatemala
                                9:00am – 12:00pm

                    SE BUSCA NUESTRA HISTORIA,
                  PARA CONSTRUIR LA REVOLUCIÓN

                         Bloque Antiimperialista